Brasil considera como constitucional una prórroga de las funciones del gobierno venezolano más allá del jueves, cuando el presidente Hugo Chávez, gravemente enfermo en Cuba, está llamado a jurar un nuevo mandato, indicó un alto funcionario brasileño.
El asesor de relaciones internacionales de la presidenta Dilma Rousseff, Marco Aurelio Garcia, que viajó a La Habana entre el 31 de diciembre y el 1ero de enero para interiorizarse de la salud del presidente venezolano, definió en la noche del lunes la prórroga como un “plazo prudencial” contemplado en la Constitución venezolana, hasta que sea definido si Chávez está incapacitado para asumir el cargo, en cuyo caso, serán convocadas elecciones.
Brasil se ha mostrado como un puntal en la defensa de las instituciones democráticas en la región, con la exclusión en 2012 del gobierno paraguayo del Mercosur tras el derrocamiento del presidente Fernando Lugo, y la defensa del presidente hondureño Manuel Zelaya derrocado en 2009.
Venezuela ingresó al Mercosur en 2012 tras la suspensión de Paraguay.
La actual situación en Venezuela es un proceso “cubierto perfectamente por los dispositivos constitucionales”, afirmó Garcia el lunes, en su primera declaración a la prensa tras retornar de La Habana, donde se reunió con el vicepresidente venezolano Nicolás Maduro, y también con el presidente cubano Raúl Castro y su hermano Fidel Castro.
“Declarada la incapacidad del presidente (Chávez), el presidente de la Asamblea Legislativa convocará elecciones, eso es lo que está previsto. Otra cosa es si el día 10 no fuese declarada la incapacidad, hay un espacio que está previsto de noventa días prorrogable por otros noventa días”, dijo el principal asesor internacional de Rousseff y un peso pesado de la diplomacia brasileña fuera del ministerio de Exteriores.
La oposición venezolana alertó a la Organización de Estados Americanos del riesgo de una “grave violación del orden constitucional” si en caso de que Chávez no asuma el 10 de enero no se declara la “falta temporaria” y lo reemplaza el titular de la Asamblea Nacional, el número 3 del chavismo Diosdado Cabello.
Garcia dijo haber sido informado de que la situación de Chávez es “grave”.
Y aseguró que Brasil no está preocupado por una desestabilización en el vecino país.
“Habría una preocupación en el gobierno brasileño, en el Mercosur, en la Unasur, si hubiese un proceso de inestabilidad concreta en Venezuela, y esto no está ocurriendo”, aseguró Garcia, quien afirmó haber informado detalladamente a la presidenta Rousseff y al canciller Antonio Patriota.
“La posición de Brasil sobre el proceso venezolano, en el que hay tanta incertidumbre, es importante para la construcción de una posición regional”, evaluó a la AFP el profesor de Relaciones Internacionales de la Universidad de Brasilia Alcides Costa Vaz.
Lo que ocurra en Venezuela es muy importante para Brasil, ya que se trata de un destacado “socio político, económico y comercial”, destacó el analista.
Para el consultor polítio David Fleischer, también radicado en Brasilia, la posición expresada por Garcia “es consisdente con el apoyo que el gobierno ha dado a Chávez hasta ahora, pero nadie sabe lo que Brasil hará si Chávez muere”.
Brasil, que al mismo tiempo mantiene una buena relación con Estados Unidos, ha sido un gran aliado de Chávez durante los gobiernos de Luiz Inacio Lula da Silva y Dilma Rousseff, quienes impulsaron el ingreso del país caribeño en el Mercosur, que se consolidó el año pasado, y que constituyó la primera ampliación del bloque regional desde su creación en 1991 por los países del cono sur: Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay.
La relación económica entre los dos países también es intensa. El comercio con Venezuela, un país que importa gran parte de lo que consume, le proporcionó a Brasil, la primera economía latinoamericana y sexta del mundo, más de una cuarta parte de su superávit comercial en 2012 de 5.056 millones de dólares.
Las inversiones de empresas brasileñas en Venezuela son también millonarias, estimadas en 20.000 millones de dólares, según datos de la Federación de Cámaras Brasil-Venezuela.
El mandatario venezolano, hospitalizado en la Habana desde hace más de tres semanas tras una complicada operación de cáncer, debe asumir el 10 de enero un nuevo período de seis años, para el que fue elegido el 7 de octubre, pero su delicado estado de salud pone en duda su asistencia