Pasado un tiempo, muchas parejas dejan de mantener relaciones sexuales con la misma frecuencia y la misma espontaneidad que antes. Aunque la improvisación es casi imposible de mantener en el tiempo, las parejas más veteranas pueden caer una espiral de excusas que reduzca el sexo a la mínima expresión, algo que es muy peligroso para el bienestar general de la relación. Estas excusas, que usan indistintamente ambas partes, son fácilmente evitables con un pequeño esfuerzo, algo en lo que deberíamos esforzarnos si queremos mantener una placentera vida en pareja, evitando el anquilosamiento. Estas son las seis excusas más comunes, que debemos tratar de evitar.
Aunque no es una excusa que le traslademos directamente a nuestra pareja, es un pensamiento muy habitual que nos aleja de mantener relaciones sexuales. Ocurre cuando hemos engordado unos kilos, tenemos algún problema dermatológico o, simplemente, tenemos un mal día y no estamos a gusto con nuestra imagen. Este comportamiento es muy peligroso, pues el sexo es, precisamente, la actividad que va a hacer que ganemos autoestima, pues nuestra pareja es la persona que puede hacer que nos sintamos queridos. No tengas miedo, probablemente tu pareja no notara nada, y durante el acto concéntrate en lo que siente tu cuerpo, no en cómo luce.
1. “Estoy demasiado cansado”
Sin duda alguna, el cansancio es la madre de las excusas en cuanto al sexo se refiere. De hecho, según una reciente encuesta, la emplean el 52% de las personas. Es normal que, una vez que llegamos a la cama, no tengamos ganas de hacer el amor. Por eso, si queremos dejar de poner esta excusa, debemos planear hacer el amor antes de que estemos tan cansados. Para ello lo mejor es repartir la libido a lo largo del día, dando muestras de cariño a nuestra pareja siempre que podamos, para que, cuando llegue la noche, ambos tengamos más ganas de hacer el amor. Si quieres evitar que tu pareja caiga dormida, trata de lanzarte a los preliminares antes de entrar en la cama.
2. “No tengo tiempo”
El sexólogo Roberto Sanz es claro al respecto: “Damos prioridad a poner una lavadora antes que a echar un polvo. El sexo no se considera una prioridad porque no hay una educación del placer”. En su opinión, el sexo se puede planificar, como cualquier otra actividad, y merece la pena que hagamos un hueco en nuestra apretada agenda para practicarlo. Hay quien piensa que el sexo debe ser necesariamente una actividad espontánea, pero es un error: mejor tener relaciones planificadas que no tenerlas.
3. “No me gusta mi cuerpo”
Aunque no es una excusa que le traslademos directamente a nuestra pareja, es un pensamiento muy habitual que nos aleja de mantener relaciones sexuales. Ocurre cuando hemos engordado unos kilos, tenemos algún problema dermatológico o, simplemente, tenemos un mal día y no estamos a gusto con nuestra imagen. Este comportamiento es muy peligroso, pues el sexo es, precisamente, la actividad que va a hacer que ganemos autoestima, pues nuestra pareja es la persona que puede hacer que nos sintamos queridos. No tengas miedo, probablemente tu pareja no notara nada, y durante el acto concéntrate en lo que siente tu cuerpo, no en cómo luce.
Para conocer las otras 2 excusas, pulsa aquí.