La segunda parte de la entrevista de Lance Armstrong con Oprah Winfrey este viernes se centrará en el daño causado a su familia, patrocinadores y compañeros sobrevivientes de cáncer, sus años de mentira y negaciones de dopaje.
El ciclista estadounidense, siete veces ganador del Tour de Francia antes de ser despojado de esas victorias luego de que una montaña de evidencias demostrara sus mentiras, confesó su dopaje en la primera parte de la entrevista emitida el jueves por el canal Oprah Winfrey Network.
La famosa presentadora televisiva, que ha entrevistado a numerosas personalidades mundiales, fue escogida por Armstrong para realizar la entrevista exclusiva.
Avances de la segunda parte de la entrevista muestran a Armstrong hablando sobre su futuro, cómo su familia tuvo que enfrentarse a la verdad, su reacción cuando los patrocinadores lo dejaron después de destaparse su dopaje y el momento más humillante de su épica caída en desgracia.
“Voy a pasar el resto de mi vida tratando de ganar de nuevo la confianza y pidiendo disculpas a la gente”, dijo Armstrong en la sección del jueves.
Luego de que la Agencia Antidopaje Estadunidense (USADA, por sus siglas en inglés) pusiera al descubierto las mentiras de Armstrong tras una extensa investigación en la que entrevistó a decena de testigos, el norteamericano vio derrumbarse su mito y la estampida de patrocinadores y aficionados que le respaldaban.
En la continuación Armstrong pide disculpas a la Fundación Livestrong, la organización benéfica contra el cáncer que fundó, así como a los pacientes de ese mal que le tomaron como ejemplo, luego de sobrevivir a cuatro operaciones y tratamientos de un cáncer testicular para seguir con su carrera ciclista.
El propio Armstrong admite que toda su historia fue un cuento de hadas, un engaño construido sobre una mentira.
“Ellos tienen todo el derecho de sentirse traicionadod y es mi culpa”, dijo Armstrong.
En su presentación el jueves, Armstrong ofreció pocos detalles sobre las personas que le ayudaron a implementar “el sistema de dopaje más sofisticado de la historia del deporte”, según la USADA, y también ha sido muy criticado por mostrar poco arrepentimiento a pesar de haber sido descubierto en sus mentiras.
“Nos dieron un ejercicio de relaciones públicas calculado con respuestas claramente ensayadas”, dijo el director del Tour de Francia, Christian Prudhomme.
John Fahey, presidente de la Agencia Mundial Antidopaje (AMA), calificó la confesión de Armstrong como un “control de relaciones públicas” y truco que sólo sirvió para confirmar lo que la USADA ya había revelado.
Los organismos antidopaje presionan a Armstrong para que revele bajo juramento los nombres de los involucrados en el esquema de dopaje, y especialmente sus vículos con el médico italiano Michele Ferrari, suspendido de por vida del ciclismo por vínculos demostrados con el uso de sustancias prohibidas.
“Si es sincero en su deseo de rectificar sus errores pasados, testificará bajo juramento sobre la magnitud completa de sus actividades de dopaje”, indicó Travis Tygart, presidente de la USADA, apenas una hora después de las declaraciones de Armstrong.
Los rectores antidoping le han ofrecido al tejano una sanción menor que la suspensión de por vida a cambio de una confesión completa y detallada de sus trucos.
“No se pudo drogar como lo hizo sin ayuda de otros”, acusó Prudhomme.