Funcionarios de la Unión Europea llevarán este fin de semana a Latinoamérica su cruzada a favor del libre mercado en su búsqueda de oportunidades para que el bloque deje atrás tres años de crisis, pero un tratado de libre comercio con Brasil y Argentina parece más remoto que nunca, reseña Reuters.
La incertidumbre respecto de la salud del presidente venezolano Hugo Chávez, quien sufre de cáncer, va a sobrevolar la reunión de dos días en Chile, cuyo objetivo es profundizar los lazos comerciales de Europa con una región que se ha mostrado poco afectada por el freno económico mundial.
Chávez no ha sido visto en público desde que lo operaron de cáncer en Cuba hace seis semanas y falto a su propia juramentación para un nuevo mandato de seis años.
La ausencia del carismático líder en la cumbre va a resultar evidente en momentos en que muchos funcionarios y diplomáticos están preocupados por la estabilidad del país petrolero.
“Todos están pendientes de esto en este momento. Es una situación extraordinaria”, dijo un diplomático de alto rango en Caracas.
“Es especialmente importante en América Latina por el balance de poderes en la región donde él simbolizaba la división entre derecha e izquierda”, agregó.
Esa división es cada vez más evidente en los lazos económicos de América Latina con la Unión Europea.
Desde que los legisladores de la Unión Europea aprobaron pactos de libre comercio con Colombia, Perú y seis países centroamericanos en diciembre, la división entre los defensores del libre comercio y los escépticos se profundizó en Latinoamérica.
Brasil y Argentina, dos grandes exportadores de materias primas agrícolas, y Venezuela, un gigantesco productor de crudo, se han mostrado poco dispuestos a reducir barreras comerciales.
En años recientes, Brasil y Argentina tomaron medidas para proteger a su industria local que los críticos calificaron como proteccionistas.
Los tres países, gobernados por Gobiernos de izquierda, son las mayores economías del bloque comercial Mercosur, también integrado por Paraguay y Uruguay.
“Hay una tendencia cada vez mayor en parte del Mercosur para adoptar medidas proteccionistas, algo que genera dudas sobre la probabilidad de que haya suficiente voluntad política para abrir los mercados”, reconoció el comisario de comercio de la Unión Europea, Karel De Gucht, en un discurso ante el parlamento europeo el 17 de enero.
A pesar de las dudas y las persistentes disputas por los subsidios europeos a sus agricultores, Brasil propondrá en la cumbre relanzar las negociaciones comerciales entre la UE y el Mercosur, iniciadas en 1995.
Los líderes europeos saben que necesitan a América Latina en un momento en el que las economías de España e Italia están en recesión, y la eurozona conformada por 17 países recién está comenzando a mostrar señales de que se puede recuperar de la crisis de deuda que casi la destruye.
Incluso, el crecimiento económico en Alemania será sólo de aproximadamente el 1 por ciento este año. La canciller alemana, Angela Merkel, también participará en la cumbre en Chile.
El comercio entre la Unión Europea y Latinoamérica se ha más que duplicado en la última década para alcanzar unos 200.000 millones de euros (280.000 millones de dólares) el año pasado, y Europa es el principal inversor extranjero en América latina y el Caribe.
Pero, también hay una gran disparidad económica entre las regiones. El Producto Interno Bruto de la Unión Europea es tres veces mayor, con 17,6 billones de dólares.
“Conjunto de problemas”
Mediadores de la Unión Europea y del Mercosur han tratado durante años de firmar un acuerdo de libre comercio que incluya a 750 millones de personas y un comercio anual de 130.000 millones de dólares.
Un acuerdo con el Mercosur podría ayudar a los exportadores europeos, particularmente de autos, maquinaria y bienes de lujo. Sus defensores dicen que también podría impulsar el crecimiento económico en Sudamérica, donde se producen muchos componentes e insumos para Europa.
Pero, los lazos de Europa con Argentina, la tercera economía de América Latina, han empeorado en el último año, algo que complicó aún más la perspectiva del progreso.
La presidenta Cristina Fernández nacionalizó en mayo pasado la petrolera YPF, en manos hasta entonces de la española Repsol.
Adicionalmente, en diciembre, la UE pidió a la Organización Mundial del Comercio que obligue a Argentina a dar marcha atrás a una serie de barreras proteccionistas que levantó para frenar el ingreso de importaciones.
“Esto es solo el comienzo”, dijo Fredrik Erixon, un analista de comercio en el Centro Europeo de Política Económica Internacional, radicado en Bruselas. “Hay un conjunto de problemas que van desde alimentos hasta inversiones”, agregó.
Un comunicado conjunto de la cumbre probablemente haga referencia a la necesidad de proteger la inversión extranjera y el libre comercio, sin tocar los asuntos bilaterales.
Durante la cumbre, el presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, podría tratar de analizar los contratiempos de las empresas de su país con Fernández y con el izquierdista presidente de Bolivia, Evo Morales, pero no estaba claro si se reunirán.
Morales nacionalizó en diciembre dos empresas de energía que pertenecían a la española Iberdrola.
Reuters