En la caracterización del gobierno chavista hemos visto algunas confusiones en el uso de definiciones importantes como militarismo y pretorianismo. A veces militarismo y pretorianismo son utilizados indistintamente, lo cual es un error. Inexplicablemente, estas ideas de tan profundo arraigo en las tradiciones políticas venezolanas no están desarrolladas en obras de referencias fundamentales como por ejemplo el diccionario de Historia de Venezuela, de la Fundación Polar, y el diccionario de política de Norberto Bobbio, entre otras.
Militarismo, en el diccionario de las Ciencias Sociales Volumen II, Madrid, UNESCO, 1975, página 223 según Mauro Chanaguir, es definido como: “Ese vocablo se usa comúnmente en América Latina para designar la tendencia de las instituciones militares y de los militares a extender su participación en el gobierno civil de una nación, desplazando y sustituyendo a los elementos civiles”. En cambio pretorianismo modernamente, no es solo ni principalmente la utilización para fines personales de los militares por parte del Presidente de la República, como a veces ligeramente se tiende a afirmar. “El pretorianismo es una palabra de uso frecuente para caracterizar una situación en la cual el sector militar de una sociedad dada ejerce un poder independiente recurriendo a la fuerza o amenazando recurrir a ésta”, según Frederick Mundell Watkins, en la Encyclopedia of the Social Science, 1933.
La raíz de la confusión está en que no siempre el intervencionismo militar, es militarismo. Y no todo tipo de influencia militar en política es pretorianismo No obstante, para América Latina, hay varias interpretaciones del fenómeno militarista. En otras palabras, podemos encontrar gobiernos democráticos legítimos de civiles con militares pretorianos. Entre otros autores, soy de los que sostiene que el pretorianismo es la ideología dominante entre los militares venezolanos. Los controles civiles de la institución militar, particularmente en su proceso educativo han sido débiles o inexistentes; el sector político les ha permitido a los militares venezolanos excesiva autonomía e independencia funcional y de todo tipo.
La total autonomía e independencia de la institución militar venezolana ha permitido el fortalecimiento y desarrollo del pretorianismo entre los militares. Es decir, la subordinación militar al poder civil y a la Constitución Nacional ha sido retórica y ha tenido una fuerte carga de oportunismo político.
Finalmente, para una integral comprensión de la problemática por la que ha atravesado la sociedad venezolana en los últimos tiempos, y para la elaboración de una línea política para enfrentarla, se impone entre otras cosas, una revisión completa interdisciplinaria de la naturaleza y desarrollo del virus pretoriano en el proceso educativo y de formación militar, y su dinámica en el Estado y en el sistema político y sus instituciones.
@CastilloHernan
Cicerón