Observaciones realizadas con el telescopio espacial Herschel de la Agencia Espacial Europea (ESA) han descubierto que TW Hydrae, una estrella situada a 176 años luz de la Tierra -bastante cerca en términos astronómicos-, está rodeada de un disco de material suficientemente masivo como para formar nuevos planetas, incluso más de los que tiene el Sistema Solar. En total, los científicos creen que de esta nube de gas y polvo pueden llegar a nacer hasta 50 mundos del tamaño de Júpiter, el mayor cuerpo celeste de nuestro vecindario después del Sol. abc.es
La estrella tiene 10 millones de años y es relativamente joven, pero, en teoría, ha superado la edad en la que puede formar planetas gigantes, así que el hallazgo ha sido toda una sorpresa. «No esperábamos ver tanto gas alrededor de la estrella», reconoce Edwin Bergin, de la Universidad de Michigan en Ann Arbor y responsable del estudio que aparece en la revista Nature. «Por lo general, las estrellas de esta edad ya han limpiado su material circundante, pero esta aún tiene suficiente masa para formar el equivalente a 50 planetas Júpiter», asegura.
Además de revelar el estado peculiar de la estrella, los resultados también demuestran un nuevo método más preciso para el pesaje de los discos de formación planetaria. Las técnicas anteriores para evaluar la masa eran indirectas y aleatorias.
Los planetas nacen del material que gira alrededor de las estrellas jóvenes, y la masa de este material es un factor clave para el control de su formación. Antes del nuevo estudio, los astrónomos no sabían si el disco alrededor de TW Hydrae contenía material suficiente para formar nuevos planetas similares al nuestro.
Un peso preciso
Gracias a las observaciones de Herschel, los científicos fueron capaces de analizar la luz que viene de TW Hydrae y seleccionar la firma espectral de un gas llamado deuterio de hidrógeno, que emite luz en unas longitudes del infrarrojo lejano que el telescopio espacial está equipado para ver. Midiendo los niveles de este gas, los astrónomos pudieron obtener el peso del disco con aún más precisión.
«Conocer la masa de un disco de formación planetaria es crucial para entender cómo y cuándo los planetas toman forma alrededor de otras estrellas», dice Glenn Wahlgren, científico del programa Herschel de la NASA. Si el gran disco de TW Hydrae se convierte en un sistema planetario exótico con planetas más grandes y numerosos que los nuestros aún está por verse, pero la nueva información ayuda a definir la gama de escenarios posibles.
«Los nuevos resultados son un paso importante en la comprensión de la diversidad de sistemas planetarios en nuestro Universo», afirma Bergin. «Ahora estamos observando sistemas con Júpiter masivos, supertierras y muchos mundos similares a Neptuno. Pesando los sistemas en su nacimiento, obtenemos una idea de cómo se formó nuestro sistema solar, una de las muchas posibles configuraciones planetarias».