La balacera intermitente duró cinco horas, el domingo en la noche, y dejó un muerto y dos heridos. En el barrio Teotiste de Gallegos se respiraba pólvora ayer en la mañana. Sus residentes vigilaban desde sus ventanas cada movimiento de los periodistas y reporteros gráficos. Una mujer se atrevió a contar cómo mataron a Jonathan José Garzón Jaimes (16).
Texto diario La Verdad
El adolescente fue al velatorio del tío de su novia a unas cinco cuadras de su vivienda, en la avenida 14. Lo acompañó otro joven, un amigo con quien creció en la barriada. A las 9.00 de la noche regresó a su casa, porque su madre, Jolima, lo llamó. “Este barrio es muy peligroso y los malandros no perdonan a nadie cuando se alborotan”.
Media hora después la muchacha le envió varios mensajes de texto, pidiéndole que regresara al funeral. Pero no llegó. Dos bandas enemigas protagonizaron su penúltimo duelo. El joven quedó en medio de la guerra de balas, al igual que el “Pantera” -azote del sector- y un taxista, quien resultó ser el padre de uno de los hampones que disparaba.
Antes de que llegaran los familiares, los vándalos gastaron sus proyectiles en el último enfrentamiento. Se enconcharon en las casas a medioterminar, al final de la avenida 14, donde supuestamente venden drogas.
“Nos dimos cuenta de que Jonathan estaba muerto porque los amiguitos vinieron a avisar. Los padres salieron como locos. Le dieron muchos tiros. Llamamos al 171 para que enviaran una ambulancia, pero no nos hicieron caso. A las 12.00 fue que la PTJ recogió el cuerpo. El muchacho tuvo dos horas tirado en la trilla, frente al abasto”. A los heridos los llevaron al Hospital Adolfo Pons. Les curaron las lesiones y en la madrugada les dieron el alta.