“Nos estrenamos como habitantes de una comarca manejada por artículos de fe, ante cuya conminación ni el silencio evita reprimendas capitales. En este abyecto templete nos ha encerrado el chavismo.” Elías Pino Iturrieta en El regreso de la Inquisición, El Universal, 27/1/2013
Un día cualquiera, de esos que ya se están haciendo costumbre, tiene lugar una sesión de la Asamblea Nacional presidida por Su Eminencia Diosdado Cabello. A un lado, el Gran Ejecutor, presidente de la Santa Contraloría, Pedro Carreño, aguarda resultados e instrucciones. Afuera, el pueblo espera impaciente, junto al fuego, el momento culminante de este nuevo acto, mientras observan atentamente las pantallas gigantes dispuestas en los alrededores del Capitolio y por toda la ciudad.
“Confiesen que ustedes, con el apoyo de los tenebrosos poderes del norte, se han empeñado en poner en entredicho a un gobierno que sólo piensa y actúa en función de lograr la mayor suma de felicidad posible.
Confiesen que en sus conversaciones privadas y en su correspondencia, osan hablar mal de los sacrificados hombres y mujeres que, dejando atrás todo lo material, llevan las riendas de nuestro gobierno.
Confiesen que manipulan constantemente las cifras de nuestra economía, que la inflación es puro cuento, que existe pleno empleo, que los dólares de Cadivi fluyen como agua entre los dedos y que la escasez de productos de primera necesidad es ficticia.
Confiesen que todo eso del militarismo, las violaciones a los Derechos Humanos y el autoritarismo es una vil patraña que ustedes han inventado para malponernos ante la comunidad internacional.
Confiesen que son ustedes unos corruptos, unos arrastrados, antipatriotas, de derecha e imperialistas.
Confiesen que se burlan de Bolívar, de Sucre, de Zamora, de Castro y sobre todo de Maisanta. Que nuestra maravillosa historia les resbala y son cómplices de cambiarla con inmorales fines.
Confiesen que llevan años planificando magnicidios y creando alarma por una supuesta ola de crímenes e inseguridad. Que ustedes son los responsables de las miles de muertes que se suceden en nuestras ciudades y pueblos.
Confiesen que, junto a los oprobiosos medios de comunicación privados, están sembrando odio y cizaña en nuestro pueblo. Que su fin último es la eliminación de este gran gobierno de los pobres.
Confiesen que fueron ustedes quienes enfermaron a nuestro amado líder. Que lo obligaron además a participar, por esa manía tan pequeño burguesa de lanzar un candidato presidencial, en una campaña electoral que minó su cuerpo.
En fin, confiesen que conspiran continuamente contra el Santo Chavismo. Que su fin es la eliminación de la fe que ha traído tanta felicidad a este noble pueblo.
Confiesen, y si se redimen, apagamos las hogueras y les esperamos con los brazos abiertos.”.
@mlhccs