Nota 1: El sello de la estrategia política de Raúl Castro se adivina muy claramente en el plan de ataque feroz, sin cuartel, en desarrollo en los días recientes por la cúpula del “chavismo sin Chávez”, tutelada por aquel ante la ausencia del que era voz y decisión única. Atacar, atacar, insultar, asfixiar, tratar de forzar una crisis, exacerbar los ánimos, provocar un conflicto (pero siempre acusando a la oposición de ser la culpable de un imaginario “golpismo”) o al menos intentar que la oposición democrática se salga de su propio plan de construir una alternativa democrática. Dividirla, si fuera posible, o sembrar desesperanza. Impedir a toda costa cualquier diálogo.
Nota 2: Ese plan incluye que de tener que hacer elecciones presidenciales -como parece inevitable- crear un caos de odio y crispación tal, que la MUD no pueda seguir avanzando en llegarle con su mensaje de cambio progresista y en paz a tantos votantes chavistas descontentos. Golpear tanto cuanto se pueda la imagen de Capriles. Por supuesto, intentar trasladar a Maduro los votos de Chávez usando a fondo los dineros públicos y todo el aparato del Estado pero también usando los trucos manipuladores, aunque gastados y aburridos, siempre útiles, del “magnicidio” del “plan golpista”, etc.
Nota 3: El “chiquero” es otro aspecto. La Asamblea Nacional, escenario pluralista para el debate político por excelencia debe ser convertido en un “chiquero”. Cero debate político y civilizado. Odio, burla, conflicto, atropellos. Contra los diputados y contra los periodistas Porque además, hay que elegir tres nuevos rectores del CNE, algunos magistrados del TSJ y el Contralor. La “línea” dictada por Castro es cero diálogo. Emplearse a fondo para lograr los 10 u 11 votos de diputados que les faltan para la mayoría calificada. Sea amenazando a los menos firmes, a los que son vulnerables por los “negocios” o por sus egos desmedidos. Sea comprándolos o expulsando algunos con subterfugios “legales”. Acusarlos de “corrupción” es ideal. No importa que sean ridículas las acusaciones. Para eso está el control de la Fiscalía y lo judicial. Si se logra dividir a la oposición, mejor. Y en todo caso, para intentar trasladar al adversario uno de los puntos más débiles de “la revolución”: la colosal corrupción que la corroe y la desacredita. Si no logran los votos, Luisa Estella inventará un argumento “jurídico” sobrevenido. Pero el chiquero previo es indispensable. Y el caos.
Nota 4: Para la cúpula de la gerontocracia cubana el asunto es de vida o muerte. Castro no puede darse el lujo que ante unas elecciones presidenciales “sobrevenidas” en Venezuela, haya el más mínimo chance de perder. Sin la “mina de oro negro” de la que se han adueñado, estarían “out”. La economía cubana no sólo está en ruinas, como siempre, sino que el colosal subsidio de Chávez ya casi no les alcanza. Necesitan más y más. Para colmo, Fidel moviendo hilos políticos e influencias desde su lecho de enfermo, no le ha permitido a Raúl hacer su tímido plan de reformas económicas “semi-capitalistas” para aliviar un poco el desastre. El petróleo venezolano y los petrodólares son cada vez más indispensables.
Nota 5: Para la cúpula del “chavismo sin Chávez” también es asunto vital. Su ambición de poder y de control de los negocios mil millonarios no les deja margen. Unos y otros, aunque se odian, también se saben huérfanos de liderazgo y carisma para la base popular chavista. No es que “el Maduro candidato ya perdió”, pero se sienten inseguros. El tipo es aguado y sin punch. Trata de imitar a Chávez en los insultos y ahora a Capriles con la gorra, pero no superan su inutilidad. Claro que, no todo es culpa de Maduro. Ese es el resultado del modo ultra personalista de Chávez que no dejaba a ninguno de los suyos surgir. De todos se burlaba y los ridiculizaba. Impedía cualquier atisbo de dirección colectiva. Total, que ellos saben que pueden trasladar muchos votos de forma automática usando los dineros públicos y todo el aparato de manipulación publicitaria del estado, pero… ¿lo lograrán en la cantidad suficiente?
Nota 6: Otro asunto serio son los problemas del país, ya muy graves pero ahora más, que no hay gobierno. Ni el barril de petróleo a UsD 100 les alcanza. Giordani tiene el “paquetazo” listo, incluyendo devaluación para obtener más bolívares, alza de la gasolina y las tarifas eléctricas para reducir el déficit, pero la necesidad política no les permite aplicarlo… por ahora. Dentro de lo poquito que atienden que no sea lo político-electoral, decidieron vender oro para “correr la arruga” unos meses. Subir la unidad tributaria a 107 que no le “suena” tanto a la gente como la devaluación lineal. Sobre todo, más endeudamiento y entrega neocolonial a China pero ya los chinos reviran preocupados por el retorno a futuro de su “inversión”. La ruina de Guayana se pone peor. Han paralizado todos los pagos de las pocas grandes obras públicas que hacían los brasileños. Ya no hay Misión Vivienda. La criminalidad alcanza niveles insospechados y la receta de culpar “al capitalismo y a la IV” surte menos efecto. Todo lo que estatizaron, incluyendo fincas e industrias, está terriblemente improductivo. Cada vez peor. Por eso la escasez es cada vez más aguda. Y los dólares no alcanzan para seguir sustituyendo todo con importaciones. Los “shows” contra los acaparadores logran cada vez menos efecto propagandístico. Y no hay gobierno. Nadie se ocupa de nada. Así vamos.
Nota final: A los sidoristas ahora los amenazan con métodos de brujerías cubanas. Colgando lenguas de ganado. Una especie de advertencia para que no reclamen por el pésimo servicio de comida y el desastre de los comedores industriales. // Y un chiste para rematar: “No estoy de acuerdo con los que critican a Maduro por usar la chaqueta y la gorra de Capriles. Es que en Carnaval uno siempre se disfraza de su héroe favorito”. Je je je.
@damianprat (en Twitter)