Todo indica que una de las prioridades del extraño gobierno de Maduro será acabar con el bolívar fuerte. Desde que asumió el poder, el 9 de diciembre, el bolívar ha perdido 7.8 por ciento de su valor, recordemos que la inflación de diciembre fue de 3.5 % y la de enero de 3.3 %. A ello hay que añadir el conjunto de medidas anunciadas el llamado viernes rojo- parafraseando el viernes negro de 1983- entre las que destaca la devaluación del bolívar, que entra en vigencia a partir de hoy, la desaparición del SITME y la creación de un triunvirato coordinado por Giordani para definir quien tiene acceso al dólar oficial.
Dejaré el análisis económico de las medidas anunciadas a los economistas y les recomiendo leer el artículo de José Guerra publicado hoy bajo el título el paquete de Maduro, cuyo link les copio, http://tyht.cgixix.com/2013/02/13/jose-guerra-el-paquete-de-maduro/, para acotar el presente artículo al método de decisión del “paquetazo rojo” y a las posibles consecuencias políticas del mismo.
El método de decisión del gobierno de Maduro es mucho más autoritario y oscuro que el usado por Chávez y tenemos que hacerle entender al gobierno que cada vez que toman una decisión están afectando a millones de venezolanos y por esa sola razón están en la obligación ética de consultarnos. Si bien es cierto que ningún gobierno anuncia una devaluación, las decisiones gruesas de política económica deben ser debatidas y consensuadas, en la medida de lo posible, con los
distintos actores institucionales e individuales que tienen algo que decir al respecto.
La Asamblea Nacional, los gremios, las escuelas de economía, los partidos políticos, etc. Cómo es posible que eliminen el SITME y no hayan generado simultáneamente un mecanismo alternativo de obtención de divisas?. Es que acaso olvidan que ese mecanismo fue creado precisamente para superar los miles de obstáculos que coloca CADIVI al exigir a los exportadores desde la partida de nacimiento pasando por la solvencia laboral hasta un certificado de buena conducta? El SITME era una
válvula de escape ante las barreras impuestas por el control de CADIVI que significaba en la práctica que el trabajo de los agentes económicos sea 60 por ciento dedicado a tratar de obtener los dólares y el otro 40 por ciento a su actividad específica, perdiendo competitividad, creatividad y ganas de invertir y de producir en el país.
Esto es un ejemplo de cómo decisiones inconsultas e irresponsables conducen a la parálisis del aparato productivo y a la
quiebra de un país.
Con respecto a las consecuencias políticas estoy absolutamente convencido que dentro de unos meses Maduro, y quizás Diosdado, sean los personajes más impopulares de la política venezolana. En 40 días llega la Semana Santa, seguramente el Judas preferido será nuestro poco ortodoxo presidente. La devaluación empobrece y empobrece más a los que menos tienen, y ningún venezolano, aún cuando esté enamorado de Chávez y de su proceso, quiere ver mermada su calidad de vida.
La historia suele ser irónica, basta recordar que CAP II fue electo mayoritariamente por el pueblo en 1988, coronado en el Teresa Carreño con la asistencia de todo ser poderoso e importante en el mundo y al cabo de unos meses ocurrió el 27 de febrero. El pueblo no es pendejo y cobra caro las traiciones. El paquetazo rojo de Maduro es considerado una traición al pueblo hasta por los mismos chavistas, echen un vistazo al portal aporrea y verán el tamaño y la saña de la crítica
roja a las medidas anunciadas el viernes 8 de febrero.
Lo he dicho en anteriores artículos, los dos primeros años de todos los gobiernos de Chávez son las más difíciles, porque el gobierno gasta hasta lo que no tiene en la campaña para ganar las elecciones. Claro, cuando su estado de salud lo permitía, Chávez salía con su carisma y liderazgo a calmar las exigencias del pueblo mientras se equilibraban las cuentas y había plata nuevamente para convencer y ganar otra elección. En esta ocasión, el gobierno de Maduro se encuentra en medio de una crisis económica profunda que no será resuelta por el “paquetazo rojo”, ya que no ataca las razones estructurales del problema, con el agravante de no contar con Chávez para contener al pueblo.
Creo que Maduro y Diosdado están gastando demasiado tiempo en su pequeña guerra fría, dejando de lado los verdaderos problemas de la gente, lo que más temprano que tarde hará cenizas su liderazgo. Primero acaba el bolívar fuerte con Maduro que él con nuestra moneda.
Carlos Valero
@carlosvalero08