Pareciera que los actuales gobernantes de facto de Venezuela lo único que quieren oír son las zalamerías y adulaciones de quienes tanto reciben de su cada vez más disminuida riqueza petrolera. Les interesa lo que cada vez les dice Cristina Fernández, ya que es mucho lo que tiene que agradecer a los vales, sobre todo por los 5 millones de dólares (conocidos) que recibió desde Pdvsa en los dos maletines de Guido Antonini Wilson. Al Uruguay, último recluta del decadente chavismo, sabrá Dios qué le habrán dado. Al pobre y humilde José Mujica -declarado ateo- hasta lo llevaron a una misa por la salud del moribundo amigo. Al Caribe por ayudarlos en sus paupérrimas economías, más que con elementos para que progresen, con canonjías a cambio de que guarden silencio en lo que no les interesa oír. A Nicaragua, Bolivia y Ecuador más temprano que tarde se sabrá todo lo que les han dado y a qué bolsillos fueron a parar los tantos millones venezolanos que han recibido sin control alguno en los últimos años.
Sin embargo, la más preocupada es Cuba, por eso es que dirigen la orquesta con tanta precisión y detalle y se ocupan de mantener el más rígido silencio sobre la salud del deteriorado Chávez. No pueden permitir que se les acabe todo lo que durante los años les ha regalado Chávez, postergando la solución de tantos problemas en su propio pueblo como lo es la producción adecuada de alimentos, la construcción de viviendas duraderas, el facilitamiento de salud a su población y la construcción de infraestructura para enfrentar los retos del futuro, entre otras necesidades urgentes. Por eso es que es importante mantener el status quo creado por Chávez, aunque la economía venezolana ya no da para más con los tantos miles de millones que se han dilapidado en países extraños y dentro de Venezuela, sobre todo en corrupción, ineficiencia y falta de provisión y planes. Recordemos que para los marxistas el fin justifica los medios; si tienen que ocultar la muerte del presidente por algunos días, no les temblará la voz en hacerlo. Lo más importante es que el señor Maduro se consolide en el poder; Chávez ya no importa tanto; ya es desechable.
¿Qué pasaría si Venezuela, por la violenta crisis económica que atraviesa deja de subsidiar a Cuba? ¿Qué ocurriría con Daniel Ortega? ¿Y con Evo y Correa? ¿Qué sería de los pobres países caribeños que tanto dependen de Venezuela?
Sin ser economista, son muchas las cosas que estarían por pasar, no sólo en Venezuela sino en todos los países que se han acostumbrado a ser amamantados por la ubre venezolana, como también de sus vecinos. El intercambio comercial con Colombia se vendría abajo y el presidente Santos tendría que buscarse a otro “mejor amigo”. Nadie sabe lo qué pasaría con los tantos negocios que empresas brasileñas han emprendido en Venezuela. Costa Rica comenzaría a recibir más nicas que de costumbre si a Nicaragua se les deja de mandar lo que hoy le da Venezuela. Por igual, sus vecinos centroamericanos recibirían el golpe, incluyendo Panamá, donde se afectaría la Zona Libre de Colón, donde tanto se surten las empresas en su país. y qué decir de Suramérica: peligrarían las reelecciones de Morales, Correa y Cristina.
Por todos esos efectos lo que ocurra en Venezuela debe ser motivo de estudio, análisis y preocupación de todos los países americanos. Decir lo contrario es hacerle el favor a Cuba y a sus títeres venezolanos.
Embajador de Panamá ante OEA
(julio 2009- enero 2013)