En una comparecencia ante el Parlamento, Heath dijo que en los últimos test efectuados por la Agencia de Estándares Alimentarios británica (FSA), ocho caballos sacrificados en mataderos del Reino Unido dieron “positivo” por esa sustancia, potencialmente dañina para los humanos.
“Las pruebas más recientes hechas por la FSA sobre la presencia de ‘bute’ en caballos sacrificados en el Reino Unido se practicaron en 206 cadáveres de equino”, explicó el secretario, que ayer se reunió con representantes de minoristas y proveedores alimentarios británicos a los que pidió garantías.
Precisó que “ocho de los caballos (sometidos a esas pruebas) dieron positivo y tres podrían haber entrado en la cadena alimentaria en Francia. Los cinco restantes no han entrado en la cadena”.
Los test se efectuaron a raíz del escándalo que estalló el pasado mes, y que se ha extendido ya a varios países europeos, tras hallarse ADN de carne de equino en hamburguesas de cinco cadenas de supermercados con presencia en el Reino Unido e Irlanda.
La FSA colabora actualmente con las autoridades francesas “en un intento por retirar la carne (afectada) de la cadena alimentaria”, agregó Heath.
Un portavoz del primer ministro británico, David Cameron, dijo hoy que “el ‘bute’ no debería estar presente en caballos que vayan a formar parte de la cadena alimenticia” y consideró “increíblemente importante llegar al fondo de lo que está pasando”.
Downing Street -despacho oficial del Primer Ministro- “trabaja estrechamente con las autoridades francesas para detectar la carne de los tres caballos afectados que han entrado en Francia”, agregó el mismo portavoz.
Por otro lado, las pruebas para detectar si los productos procesados de la firma Findus UK contienen “bute” dieron “negativo”, reveló Heath.
Su anuncio sigue a la publicación hoy de un informe elaborado por el comité parlamentario de Medio Ambiente, Alimentación y Asuntos Rurales, que condena la gestión del Gobierno británico, al que reprocha que su capacidad para responder ante esta crisis se ha visto minada por los recortes en la Agencia de Estándares Alimentarios (FSA).
Ese documento recomienda al Ejecutivo británico y a la FSA que lleven a cabo pruebas más amplias en productos en los que se han detectado niveles más altos de contaminación para dar garantías de que no hay más ADN que no sea de vacuno o otras sustancias que pudieran resultar dañinas para la salud humana.
La Comisión Europea propuso anoche exigir a los Estados miembros de la Unión Europea (UE) que efectúen pruebas de ADN de productos elaborados en base a carne de vacuno en respuesta al escándalo.
A esa reunión informal en Bruselas asistieron los titulares de Agricultura y Consumo de los siete países que hasta la fecha se han declarado afectados por el problema: Francia, Reino Unido, Rumanía, Suecia, Luxemburgo, Polonia y Países Bajos.
EFE