El comandante de las fuerzas militares de Colombia reveló el miércoles que en lo que va del año al menos 13 integrantes de rango medio de la guerrilla de las FARC se han desmovilizado.
Esa cifra incluye a Alexander García de 34 años, alias “Efrén Caracho”, quien era el tercer jefe del Frente 7mo de las FARC y que fue presentado en la jornada ante los medios en el Ministerio de la Defensa.
El jefe militar, general Alejandro Navas, aseguró que entre las bases o miembros rasos de la insurgencia hay dudas e incertidumbre sobre el proceso de paz que se adelanta actualmente con el gobierno en Cuba porque carecen de información y no saben en qué terminarán esos diálogos.
El año pasado, dijo el general Navas en conferencia de prensa junto a García, fueron 10 los desmovilizados que eran cabecillas o miembros de la jefatura de distintos frentes de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).
El oficial atribuyó ese aumento de desmovilizaciones de cabecillas a los constantes operativos militares y de la fuerza aérea que no sólo los atacan sino que cortan sus vías de suministro, algo en lo que coincidió García, quien se abrazó y compartió una amplia sonrisa con el jefe castrense cuando ambos se encontraron en un salón del ministerio ante los medios de prensa.
García, delgado, bajo y con el rostro cruzado por arrugas y quemado por el sol, se entregó el domingo a tropas de la llamada fuerza de tarea Omega del ejército en una zona rural de San José del Guaviare, en el departamento de Guaviare y a unos 280 kilómetros al sureste de Bogotá. El anuncio de su desmovilización se hizo recién el miércoles porque tradicionalmente el ejército verifica la identidad del desmovilizado y si realmente formaba parte de la guerrilla.
“En la guerrilla hubo un tiempo donde hubieron ideales”, dijo García. “Después, con el paso del tiempo… las FARC se fueron viciando, (en) las FARC se fue perdiendo esa cultura, entonces se fue creando un bajón ideológico”, explicó al ser consultado sobre las razones que lo llevaron a abandonar las filas rebeldes tras 22 años de militancia. “Se perdieron los valores comunistas” y más recientemente con constantes operativos militares sobre la insurgencia “ya no quedaba mucho tiempo para estar tranquillos. Ya uno en ninguna parte estaba tranquilo”, aseguró García, vistiendo pantalones vaqueros, zapatos deportivos blancos y un sueter gris, al destacar que tomó la decisión por cansancio y desmotivación.
Sobre los diálogos de paz que se desarrollan entre las FARC y el gobierno del presidente Juan Manuel Santos desde fines de 2012 en La Habana, “al interior de la guerrilla o de la base hay mucha duda”, dijo García, quien explicó que es oriundo de La Julia, un poblado del departamento de Meta, vecino al Guaviare, donde la guerrilla siempre ha tenido presencia y que creció viéndolos por lo cual decidió unírseles a los 12 años.
La “duda y desconcierto es porque se limita solamente a leer los documentos, que es lo mismo que se ha leído (públicamente). Ahí no se conoce una conclusión, no se conoce adónde van las cosas”, destacó García, quien como otros desmovilizados ingresará al programa oficial para reinsertados donde pueden estudiar y trabajar.
Agregó que existen dudas por el futuro de las negociaciones de paz y que “el temor de la misma *guerrillerada* (base) es qué rumbo lleva eso, adónde vamos a llegar” con esos diálogos.
Las FARC cuentan actualmente con unos 8.000 a 9.000 miembros y aunque han sufrido deserciones y bajas desde inicios de los años 2000, cuando se calculaba que eran más de 15.000 guerrilleros, siguen reclutando o recibiendo adhesiones, según han indicado tantos las autoridades como los desmovilizados. AP