“Muchas usuarias de anticonceptivos orales han informado de sufrir disminución del deseo sexual en un porcentaje variable”, asegura el doctor David Gómez Sánchez, del Servicio de Obstetricia y Ginecología del Hospital de Verín y autor de una de las revisiones más recientes sobre el tema, publicada en el boletín oficial de diciembre 2012 de la Sociedad Gallega de Contracepción. No obstante, añade el especialista, lo difícil es distinguir si esta disminución sexual se debe a la píldora o a otros factores.
“Desgraciadamente, las disfunciones sexuales son frecuentes (en especial la falta de deseo), y siempre se encontrará un porcentaje de usuarias con este problema”, dice, pero “evidentemente, si la píldora produjese una clara disminución del deseo, habría una epidemia de este problema (cosa que no ocurre), y las mujeres no la elegirían como método anticonceptivo”.
La píldora en España, explica el portavoz de la Sociedad Española de Contracepción (SEC), Ezequiel Pérez Campos, es usada por el 20% de mujeres en edad fértil y un 5% opta por anticonceptivos hormonales de otro tipo, como el anillo vaginal o el parche. “No hay ningún artículo con cierta claridad científica que demuestre que los anticonceptivos disminuyan el deseo”, afirma el experto.
A pesar de que hay un mayor número de estudios que digan que disminuye el deseo sexual, añade Gómez, ahora la opinión mayoritaria es que no existe tal efecto en la gran mayoría de las mujeres. “La ciencia no ha demostrado que los anticonceptivos reducen el deseo, decir esto es aventurado”, insiste el portavoz de la SEC. Incluso, asegura que hay quienes dicen que su sexualidad es más plena usando este tipo de métodos, ya que “probablemente se sienten más seguras y tranquilas por no estar pensando, por ejemplo, en que se pueden quedar embarazadas”.
Por tanto, mantiene Gómez, en la mayor parte de las mujeres no tiene efecto alguno, mientras que un pequeño porcentaje puede mejorar su deseo y en otro, empeorar. De hecho, matiza que se están haciendo estudios que intentan detectar qué grupos de mujeres podrían tener una predisposición biológica a sufrir disminución de deseo con el uso de anticonceptivos (se están estudiando mutaciones en el gen receptor de andrógenos o en el receptor de la serotonina).
Mayor calidad de vida
Por otro lado, también hay investigaciones que exponen que pueden mejorar el deseo sexual, como es el caso de un estudio piloto publicado en el último número de la revista científica ‘The Journal of Sexual Medicine’, realizado por investigadores de la Universidad de Catania (Italia), donde revela que “el uso continuo de anticonceptivos orales es capaz de mejorar el comportamiento sexual y la calidad de vida de las mujeres”.
Pero la sexualidad humana, aclaran ambos doctores, es muy compleja e influyen muchos factores de índole social y psicológico. En cualquier estudio, indica Gómez, por bien diseñado que esté, es casi imposible controlar todos los factores que pueden afectar a la sexualidad: estados de ansiedad y depresión, deterioro de la relación de pareja, miedo a los efectos secundarios, rechazo consciente o inconsciente del método. Así, Pérez Campos afirma que tanto la falta de deseo sexual, como el aumento de peso (que es también uno de los efectos que se acusa a la píldora), no son efectos que puedan ser atribuibles a ésta.
Además, en los estudios con nuevas usuarias, amplía Gómez, se observa con cierta frecuencia una disminución en el número de relaciones sexuales con el tiempo. Sin embargo, “no debemos olvidar que muchas mujeres empiezan a tomar anticonceptivos cuando tienen una relación estable, y es habitual que en cualquier pareja el número de relaciones y el deseo disminuyan algo con el tiempo”, mantiene.
Su mensaje es claro: “Si la mujer está contenta con su método anticonceptivo (sea píldora, DIU, parche, anillo, etc.) su sexualidad mejorará”. Hoy en día, hay una gran variedad de métodos disponibles, el médico debe orientar a la mujer para que ésta elija el que mejor se adapte a sus preferencias, si esto sucede, “es muy improbable que surja algún problema en la esfera sexual”, concluye. / Elmundo.es