El gobierno venezolano sigue comprometido con la paz en Colombia, un tema que apasionaba al fallecido presidente Hugo Chávez, afirmó el lunes el presidente encargado Nicolás Maduro.
“El gobierno de Venezuela está comprometido con la paz en Colombia”, dijo Maduro al ratificar que el gobierno venezolano tiene la disposición de seguir apoyando el proceso de diálogo entre el gobierno del presidente colombiano Juan Manuel Santos y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).
Chávez fue considerado una pieza clave para llevar a la guerrilla a la mesa de conversaciones, que se instaló en octubre en la capital noruega de Oslo y un mes después se trasladó, como estaba previsto, a Cuba.
Venezuela está actuando junto con Chile como acompañantes en las conversaciones de paz.
Ese “era un tema que estaba lleno de pasión por parte del presidente Chávez”, aseveró Maduro en una entrevista difundida el sábado por la cadena regional Telesur, con sede en Venezuela.
Chávez, fallecido el 5 de marzo a raíz del cáncer que lo aquejaba desde junio del 2011, “aspiraba que la paz se firmara este mismo año”, el 2013, comentó Maduro. Chávez consideraba que “éste era el momento de la paz”, destacó.
“Que hagan los sacrificios que hayan que hacer; ojalá, decía el presidente Chávez, que logren el mejor beneficio con el mayor sacrificio”, relató el presidente encargado venezolano.
“Cuando yo sea presidente… yo me pongo al servicio al primer segundo… para ayudar a la paz en Colombia”, enfatizó.
El vicepresidente Maduro, quien fue juramentado el 8 de marzo como presidente encargado, formalizó el lunes su postulación como candidato presidencial del oficialismo para los próximos comicios del 14 de abril.
Los delegados del gobierno de Colombia y las FARC reanudaron el lunes sus negociaciones de paz en La Habana con propuestas de los rebeldes de un reconocimiento del derecho a la tierra de campesinos, afrodescendientes e indígenas.
Creadas a comienzo de la década de 1960, las FARC son la guerrilla en activo más antigua del continente y cuenta unos 9.000 hombres en armas. AP