Este ex constituyente, ex diputado a la Asamblea Nacional, ex canciller y vicepresidente, ahora encargado de la administración de la nación gracias a las manipulaciones de la injusticia venezolana, convertido también en candidato presidencial por testamento del ex presidente Chávez, nos quiere caer a muela, jurando por un puñado de cruces, que hará de todo para salvarnos. ¡Por Dios! No sea tan mentiroso. Quienes hacemos vida aquí, sabemos bien como Maduro ha sido arte y parte en la exacerbación de la violencia e impunidad que caracteriza al régimen.
Desde que los rojos rojitos se instalaron en Miraflores, la delincuencia en el país se ha disparado a niveles impresionantes. Antes de su llegada, ya los venezolanos nos alarmábamos por haberse registrado en 1998, 4 mil 550 asesinatos, cifra está que ha ido en 14 años y luego de 19 planes de seguridad, en crecimiento. El 2012, según un informe de la ONG Observatorio Venezolano de la Violencia, concluyó con 21 mil 692 muertes violentas, un número impactante que supera el total de asesinatos en los Estados Unidos y en la Unión Europea juntos.
Los crímenes violentos en Venezuela son un fenómeno generalizado tanto en la capital, como en el interior del país ubicándose entre las cinco más altas del mundo, del planeta. ¿Qué tal?
Este lunes, leí con asombro unas declaraciones de otro prócer de esta revolución, el ministro de turismo, Alejandro Fleming, quien a través de su cuenta en twitter, expresó que ningún ciudadano que haya podido “ofender” la memoria del ex presidente Chávez será recibido en los hoteles Venetur, los cuales fueron elaborados precisamente para la comodidad de toda la población venezolana, sin “exclusión”.
¿Fueron elaborados? Señor, fueron construidos hace años, en otros gobiernos y expropiados en su mayoría por ustedes para destruirlos. Le doy dos ejemplos: Vaya a pasear a Margarita y visite el antiguo hotel Hilton…saldrá corriendo, y si va al Venetur de Tucacas en Morrocoy, no deje de pasar por los baños, que en su mayoría no funcionan…Ah! y lleve sábanas de su casa, porque las que colocan en los cómodos catres de los hoteles que alaba, están ruñidas y sucias, pero las cobran como nuevas y limpias, “para la comodidad de toda la población”
De no recibir a quienes ofendieron… ni me ocupo, porque el venezolano ha sido muy respetuoso del dolor de familiares, amigos y seguidores del presidente. Dios quiera que el tren ministerial que ejerce por ahora labores de gobierno, sea respetuoso con el dolor de los venezolanos que a manos del hampa incontrolable por ustedes, pierde un familiar, amigo o allegado cada 9 minutos. Finalmente, señor Fleming, ¿ cuál extranjero en su sano juicio va a querer turistear a uno de los cinco países más violento del planeta?
Volviendo a Maduro, si él y Jaua conocen donde viven los malandros como para llegar a “tocar las puertas de sus escondites en los barrios y hablar con ellos”, ¿de que hablarán? Y ¿tocaran las puertas también de otros hampones que ahora habitan en mansiones?
Mientras tanto…a María de Lourdes y a Iván, entre otros…les cierran las puertas… cosas de la revolución.