Aunque siempre cordiales, las relaciones entre los presidentes José Mujica y Cristina Fernández han tenido altas y bajas en los últimos años hasta la polémica desatada ahora por la difusión de un comentario despectivo del uruguayo hacia la argentina y su fallecido esposo, Néstor Kirchner.
Varios medios uruguayos publicaron este jueves en sus ediciones de internet un corte de voz fuera de micrófono de una rueda de prensa de Mujica en la que se le escucha decir “esta vieja es peor que el tuerto”, entre otras expresiones ofensivas sobre Fernández y el expresidente Kirchner (2003-2007).
La Cancillería argentina en un comunicado lamentó “profundamente” esas expresiones del mandatario uruguayo, que consideró “inaceptables” y “denigrantes”, y advirtió que Fernández no va a realizar comentario alguno al respecto.
Hace 20 meses, Mujica afirmó que “nunca antes en los últimos 50 años estuvimos (los uruguayos) tan cerca de Argentina”, al reinstalar junto con Fernández la conexión ferroviaria entre ambos países, interrumpida tres década antes.
El jefe de Estado aseguró entonces que en el vecino país “es el único lugar del mundo donde los uruguayos no nos sentimos extranjeros”.
“Por ello, cuando tenemos que rajar (huir) nos vamos para allá”, destacó Mujica en referencia a los miles de uruguayos radicados en Argentina tras el golpe de Estado de 1973 o por motivos económicos.
Por su parte, la presidenta de Argentina dijo que ambos Gobiernos “siguen apostando por la patria grande” en el proceso de integración y afirmó que “argentinos y uruguayos somos casi iguales”
Dos semanas antes de ese acto, a mediados de agosto de 2011, la mandataria argentina aseguró que su colega uruguayo fue “el primer dirigente” que la llamó para felicitarla por su victoria en las elecciones.
“El primer dirigente que me llamó fue ‘Pepe’ Mujica, un beso para ‘Pepe’ de acá, que lo quiero mucho y que lo voy a ver el día 29”, señaló la mandataria durante una rueda de prensa.
Anteriormente, los Gobiernos de Argentina y Uruguay se enfrentaron durante varios años por la construcción en la margen uruguaya del río Uruguay de la planta de celulosa de UPM (ex-Botnia) que las autoridades argentinas estimaron que contaminaría el curso de agua y la región.
El enfrentamiento derivó en un largo juicio frente a la Corte Internacional de Justicia de La Haya y en el corte durante tres años como forma de protesta del principal puente entre ambos países por parte de ambientalistas de la ciudad argentina de Gualeguaychú.
Aquel conflicto agravó la relación entre los Gobiernos de Néstor Kirchner y el expresidente uruguayo Tabaré Vázquez (2005-2010), que estuvo en su punto más bajo en décadas.
La posterior revelación de Vázquez de que su Gobierno analizó la posibilidad de un conflicto bélico con Argentina por la instalación de esa papelera y que llegó a pedir apoyo de EE.UU. generó críticas en la oposición y en Argentina.
En 2011, Vázquez llegó a revelar que en medio de esa crisis llegó a hablar con el presidente estadounidense George W. Bush sobre la posibilidad de apoyo en caso de “un conflicto bélico” con el país vecino.
Poco antes del fin del mandato de Vázquez, y con Mujica como candidato de la coalición de izquierda Frente Amplio, se publicó el libro “Pepe coloquios”, donde el actual presidente uruguayo se refirió al matrimonio de los Kirchner como de izquierda, “pero una izquierda que, ‘mamma mia’, una patota”.
Pese a ello, tras la llegada de Fernández al poder en 2007 las relaciones entre ambos Gobiernos comenzaron a mejorar y se normalizaron tras la asunción de Mujica el 1 de marzo de 2010.
Desde entonces, el gobernante uruguayo mantuvo varias reuniones formales e informales con la mandataria argentina, incluido algún viaje imprevisto a Buenos Aires para tratar de destrabar asuntos comerciales.
En el medio quedaron el intercambio a mediados del pasado año de duros comunicados por temas referidos al dragado del Río de la Plata y un supuesto intento de soborno a funcionarios uruguayos, y otros de agradecimiento por el apoyo de Mujica al reclamo argentino de soberanía sobre las Islas Malvinas. EFE