El presidente interino de Venezuela, Nicolás Maduro, predijo el sábado que una maldición ancestral caerá sobre quienes no voten por él en las elecciones del 14 de abril.
El comentario de Maduro, el heredero político del fallecido presidente Hugo Chávez, fue el último giro surrealista en una agresiva contienda electoral con el candidato opositor Henrique Capriles por la presidencia de la nación petrolera.
Deisy Buitrago/Reuters
Durante un acto de campaña en la Amazonia venezolana, Maduro dijo que si gana la oposición privatizará los servicios de salud y educación y les arrebatará sus tierras.
“Si alguien del pueblo vota contra Nicolás Maduro, está votando contra el mismo, le está cayendo la maldición de Maracapana”, dijo evocando una leyenda indígena en un mitin en el estado de Amazonas, fronterizo con Brasil y Colombia, con un penacho indígena en la cabeza.
No es el primer comentario de Maduro que sorprende a los observadores. El mes pasado dijo que Chávez había intercedido ante Dios para lograr la elección de un Papa latinoamericano y la semana pasada dijo que el fallecido presidente se le había aparecido en forma de “pajarito”.
Maduro, que evoca incesantemente a Chávez en sus discursos de campaña, tiene una ventaja de más de 10 puntos sobre Capriles en la carrera por el sillón presidencial de la nación petrolera de 29 millones de habitantes.
Capriles, el gobernador del estado de Miranda, respondió acusando a Maduro y su entorno de corruptos e incapaces de resolver los problemas que aquejan a los venezolanos.
“La maldición es ese grupito que no los vamos a quitar el 14 de abril de encima”, exclamó desde San Cristóbal, en la frontera con Colombia. “Aquel que amenace al pueblo, aquel que le diga que al pueblo que le puede caer una maldición, no tiene derecho a gobernar a este país”, agregó.
Las elecciones en Venezuela no sólo decidirán el futuro del “chavismo”, sino también del control de las reservas de petróleo más grandes del mundo.
Más tarde, Maduro repitió acusaciones de un supuesto complot para matarlo. Dijo que un grupo de mercenarios extranjeros está en Venezuela para generar violencia y sabotear el sistema eléctrico.
“El tercer objetivo es matarme a mi. Ellos me quieren matar porque saben que no me pueden ganar unas elecciones libres”, dijo en una concentración política en el estado Bolívar, al sur del país.
Chávez, que falleció en marzo después de 14 años en el poder, denunció con frecuencia planes para asesinarlo.