La tarea de realizar ciertos exámenes que pueden ser un poco molestos para los niños es ahora más fácil gracias a una nueva terapia musical interactiva, que enfoca la atención del paciente en los sonidos de instrumentos que puede manipular, mientras el personal médico realiza los procedimientos necesarios.
Acompañada de guitarras, panderetas, campanas, clarinetes y una carreta llena de otros instrumentos musicales, la terapeuta Evelyn Laguardia inicia sus rondas en el Miami Children’s Hospital, visitando desde la unidad de neonatología y cuidados intensivos, hasta las habitaciones donde se recuperan niños y jóvenes con edades que alcanzan los 25 años y que por alguna razón médica especial son tratados allí.
Tocar música a los recién nacidos hospitalizados es una oportunidad para enseñar a algunas madres canciones de cuna con las cuales pueden tranquilizar a los bebés. En otros casos, lograr desprender una sonrisa a un niño cuando siente dolor no es algo fácil, y distraerlos cuando hay que realizarles algún examen delicado lo es menos. Laguardia, quien pasó de recibir ayuda en el hospital a ayudar ella misma a los pacientes, lo logra con su sistema musical.
“Yo soñaba con volver un día al hospital a ayudar a los niños y jóvenes que debían ser hospitalizados”, explica la terapeuta. “De niña fui operada varias veces aquí, y ahora he regresado para poner en práctica un sistema musical en el que los pacientes se integran e interactúan conmigo, logrando que su cerebro tenga otro punto focal diferente al dolor o molestia que puedan estar sintiendo durante un tratamiento”.
Aclara que hay una gran diferencia entre el solo tocar música para los pacientes y aplicar una terapia para lo cual ha tenido que estudiar y certificarse.
“Desde la época de universidad teníamos un cuarteto de clarinetes y tocábamos en algunas zonas del hospital y a veces en las habitaciones”, relata. “Hoy trabajamos directamente con el paciente para lograr establecer un puente que permita reducir el miedo y la ansiedad antes, durante y después del procedimiento”.
Indica que la música y la manipulación de los instrumentos ayuda también a los pacientes a reducir sentimientos de soledad y aislamiento, al tiempo que provee distracción, especialmente en casos de largos períodos de hospitalización.
“Tengo el caso de una adolescente de 14 años con problemas respiratorios quien pasa mucho tiempo en el hospital”, comenta la terapeuta. “Logré que se interesara un poquito en nuestra terapia y finalmente terminamos cantando juntas, yo tocando la guitarra y ella tocando las campanitas luego de que ella misma logró sacar las diferentes notas con ese instrumento”.
La terapia musical interactiva promueve una interacción con otras personas, que provee comodidad, relajación, distracción; incrementa un humor positivo; presenta un ambiente de normalidad en la estadía en el hospital, sirve como canal de escape para expresar las emociones y ofrece oportunidades para desarrollar una estimulación cognitiva apropiada, como en el caso de un paciente de 25 años quien no se podía comunicar con palabras.