Un ataque aéreo del gobierno sirio el sábado sobre una ciudad del noroeste del país dejó 18 muertos, destrozó comercios, incendió vehículos y provocó que se elevara una gran columna de humo en el horizonte.
La fuerza aérea del presidente Bashar Assad ha sido uno de sus mayores activos en los dos años de guerra civil, valiéndose de cazas y helicópteros para frenar el avance de los insurgentes, pero con frecuencia ha atacado objetivos civiles.
Un informe del grupo activista Human Rights Watch difundido esta semana acusó al gobierno sirio de cometer crímenes de guerra mediante el uso indiscriminado y en ocasiones deliberado de ataques aéreos contra civiles, con los que han muerto unas 4.300 personas desde mediados del año pasado.
El bombardeo del sábado estuvo dirigido contra la ciudad de Saraqeb, en la provincia de Idlib, según el Observatorio Sirio por los Derechos Humanos, con sede en Londres.
El grupo activista indicó que cuatro de las 18 personas muertas en el ataque eran miembros de la misma familia. Muchos otros resultaron heridos y el número de muertos seguramente aumentará, agregó.
Videos de aficionados colocados en internet mostraron una gran columna de humo mientras que gente en automóviles y motocicletas acudía a ayudar a los heridos. Pudo verse un grupo de hombres llevando a un herido cubierto de polvo gris. Otro hombre en el video acude con un cubo de agua para apagar varios automóviles en llamas. Escombros y hierros retorcidos abundan por doquier.
El video parece genuino y coincide con otras informaciones de The Associated Press sobre el tema.
Los insurgentes han ocupado gran parte de las zonas rurales de Idlib y otras provincias del norte de Siria de las que ha desalojado a las fuerzas del régimen, pese a que el ejército sigue controlando muchas bases militares en la región desde las que lanza ataques — incluidos los aéreos— contra esas zonas.
Al sur de Saraqeb, las fuerzas gubernamentales sirias que intentan liberar una base militar cercada atacaron un puesto de control insurgente, en el que mataron al menos a 12 combatientes de la oposición.
Según el Observatorio, las fuerzas gubernamentales sorprendieron a los insurgentes en las afueras de la aldea de Baboulein.
El Observatorio, que depende de la información que le transmite una red de activistas locales, dijo que muchos combatientes rebeldes también resultaron heridos en el ataque.
El director del observatorio, Rami Abdul-Rahman, dijo que el operativo forma parte de una campaña gubernamental para reabastecer la cercada base militar de Wadi Deif, en las afueras del poblado de Maaret al-Numan, al norte de Baboulein, en la carretera entre la capital Damasco y la ciudad de Alepo. AP