En nuestro país, hay expresiones que son utilizadas con cierta regularidad, y que de alguna manera describen un poco como nos comportamos ante eventos o situaciones particulares.
Cuando nos encontramos en medio de una circunstancia que sabemos que tiene altas posibilidades de ocurrir pero que no le hemos prestamos mayor importancia y se materializa, alguien dirá, eso nos pasa porque “sólo nos acordamos de Santa Bárbara cuando llueve”. Por ejemplo, aún cuando sabemos hasta la saciedad que Venezuela es un país tropical, con un extraordinario clima gobernado por dos periodos, lluvia y sequia, o verano e invierno, hablamos de los problemas relacionados a las precipitaciones y como deberíamos haber prevenido inconvenientes y emergencias, solamente cuando llueve.
Eso explica también, porque tenemos cinco meses hablando de la sequia, de los incendios forestales, de la escases de agua en los embalses y represas, etc., y lo hacemos en pleno verano, casi como si se tratara de un evento extraordinario que pocas veces se presenta en nuestra geografía.
Bueno, algo similar nos ocurre con un tema que aún cuando forma parte de nuestra geografía y cotidianidad, preferimos no hablar de ello o inclusive ignorarlo, como si con esa actitud pudiéramos evitar su accionar ; me refiero al tema de la actividad sísmica que a diario puede registrarse, y que de hecho su intensa actividad (registrada eficientemente por FUNVISIS), nos recuerda con mucha regularidad que es un fenómeno muy nuestro, y que como amenaza debemos incorporarlo a nuestras vidas, a los planes de desarrollo, al ordenamiento del territorio, a los planes de inversión en obras de infraestructuras y servicios, en viviendas, sistemas viales, infraestructuras fundamentales, dotación y capacitación de organismos públicos de prevención y actuación en casos de emergencia, y por sobre todo en la cultura y conciencia ciudadana vía educación formal e informal.
En estos últimos diez días, donde gracias a la tecnología de las comunicaciones nos hemos enterado de la ocurrencia de unos 75 sismos con magnitudes superiores a 4.0 en países como Irán, Pakistán, Turquía, México, Chile, el Salvador, Hungría, China, Argentina, Indonesia, Perú, Honduras, Uganda, y Venezuela (Lara), además de mostrarnos solidarios, debemos ocuparnos responsablemente de este tema, las alertas así lo siguieren.
@Angelrangels