Fidel Castro es un entusiasta navegante en internet, que a sus 86 años sigue escribiendo a mano como lo hizo casi toda su vida, contó a la AFP la biógrafa y editora de sus libros, Katiuska Blanco, que trabaja en un nuevo tomo de las memorias del líder cubano.
AFP
Castro, que escribía a máquina en su juventud cuando ejercía como abogado, regresó después a la escritura manual.
“Si bien ya no pulsa las teclas, sí navega por internet en busca de perfiles de personalidades, mapas, monografías, datos, anécdotas, recuentos… para nada tiene tecnofobia, todo lo contrario”, dijo Blanco, periodista cubana de 48 años, al responder por escrito un cuestionario de la AFP.
Castro confesó que hizo su primera navegación en internet a las 4:32 de la tarde del 23 de mayo de 2001, “día en que vi la primera luz en el túnel del analfabetismo de la computación”.
Blanco señaló que “Fidel escribe a mano, toma sus apuntes con pluma de tinta azul en pequeños blocks, también de tapas azules”.
Esa costumbre no es nueva. Hace 25 años el escritor colombiano Gabriel García Márquez, amigo de Castro, narró en su testimonio “Fidel, el oficio de la Palabra” que éste empleaba “unas libretas de apuntes que siempre lleva a mano para escribir cuanto se le ocurre”.
“Son libretas de papel ordinario, empastadas en plástico azul, que con los años han llegado a ser incontables en sus archivos privados”, dijo el premio Nobel de Literatura.
Blanco es autora de dos libros biográficos sobre Castro y su familia: “Todo el tiempo de los cedros” (2003) y “Angel, la raíz gallega de Fidel” (2008).
También colaboró en la autobiografía “Guerrillero del Tiempo” (2012), en cuyo segundo tomo trabaja ahora, y en su relato de la lucha guerrillera contra el dictador Fulgencio Batista, “La Victoria Estratégica” (2010).
Exreportera del diario oficial Granma, Blanco se define como “pulidora” de los escritos de Castro, de quien ha aprendido a trabajar con un rigor casi obsesivo, según dice.
Fidel “nunca escribe o hace algo sin ponerle toda la pasión, el interés y la fuerza del espíritu”, y “ese afán constante de búsqueda y conocimiento se hace extensivo de los vocablos a los conceptos, las ideas, el análisis de los hechos, las identidades, los perfiles, las geografías e historias”, señaló.