Los policías que investigan el derrumbe de un complejo de fábricas de Bangladesh que provocó la muerte de más de 500 personas han detenido a un ingeniero que advirtió el día antes del colapso sobre la inseguridad del edificio de ocho plantas.
La detención de Adbur Razzak eleva a nueve el número de personas detenidas por el desastre del 24 de abril pasado, que ha llevado la atención a las compañías textiles de Occidente que emplean Bangladesh como fuente de bienes baratos.
Una firma cuya ropa se fabricaba en el edificio, la canadiense Loblaw, dijo el jueves que seguiría produciendo en Bangladesh pero prometió mejorar las instalaciones que usa allí.
La cifra de muertos del peor accidente industrial de Bangladesh alcanzó las 501 el viernes, mientras que decenas de familiares seguían llegando al lugar en un barrio de Dacca para mostrar fotografías de sus seres queridos desaparecidos.
Razzak fue llamado al edificio Rana Plaza en Savar, a 30 kilómetros al norte de la capital, por su propietario cuando aparecieron grietas en los pilares de hormigón un día antes del accidente.
Pese a su advertencia de que el edificio no era seguro, miles de trabajadores, en su mayoría mujeres, fueron enviados de vuelta a las fábricas cuando comenzó el turno de la mañana del día siguiente.
La policía dijo que Razzak fue detenido porque estaba implicado en la construcción del edificio.
SALARIOS BAJOS
El acceso barato ofrecido a Occidente y los salarios bajos han ayudado a aumentar las exportaciones de ropa de Bangladesh a 19.000 millones de dólares al año, yendo el 60 por ciento de las prendas a Europa.
La Unión Europea dijo que estudia acciones comerciales contra Bangladesh, cuya ropa tiene un acceso preferencial a los mercados de la UE, para presionar a Dacca para que mejore los estándares de seguridad.
Unos 3,6 millones de personas trabajan en la industria de la ropa en Bangladesh, convirtiéndola en la segunda mayor exportadora de vestimenta después de China. Algunos ganan 38 dólares al mes, en condiciones que el Papa Francisco calificó como de “trabajo esclavo”.
Había unas 3.000 personas en el edificio, construido en una zona pantanosa, cuando se derrumbó. Unas 2.500 personas han sido rescatadas, muchas de ellas heridas, pero todavía hay muchas otras sin encontrar. Reuters