Venezuela apresurará la liquidación de divisas a las empresas para que puedan acelerar sus importaciones y superar los altos niveles de escasez que enfrenta el país, dijo el jueves el ministro de Finanzas, Nelson Merentes, en un paso para mejorar las relaciones del Gobierno socialista con el sector privado.
Reuters/ Eyanir Chinea y Brian Ellsworth
La relación entre el Gobierno y la empresa privada en Venezuela se ha deteriorado durante más de una década de controles de cambio y de precios, cambios legales y nacionalizaciones en áreas medulares, lo que llevó a una caída de la producción nacional y favorecido a las importaciones.
La situación empeoró a partir de octubre, tras un año electoral de fuerte gasto público, cuando el Gobierno empezó a poner tener trabas para liquidar divisas al tipo de cambio oficial, lo que generó una escasez de bienes y aceleró una ya alta inflación.
“En promedio, vamos a resolver pronto el 85 por ciento de las dificultades financieras que en este momento tienen las empresas. Vamos a establecer una mesa técnica para orientarnos a temas como aduanas, exportaciones, para aumentar la capacidad de producción”, dijo Merentes, a la salida de un encuentro con un nutrido grupo de empresarios.
La nueva presidenta del Banco Central, Edmée Betancourt, quien también participó del encuentro, dijo que esperan aprobar solicitudes retrasadas de divisas por al menos 2.600 millones de dólares, que representan cuellos de botella para las industrias que requieren dólares para partes y bienes terminados.
El ministro declinó confirmar la cifra.
Venezuela tiene un control de cambio desde el 2003 y este año devaluó la moneda desde 4,3 bolívares por dólar a 6,3 bolívares.
Merentes precisó que las solicitudes atrasadas serán pagadas a 4,3 bolívares y 6,3 bolívares, dependiendo del momento en que fueron introducidas ante el administrador cambiario y que se empezarán los trámites para la venta de divisas a unas 3.000 empresas la próxima semana.
El ministro de Finanzas, bien conocido por los actores financieros por haber estado a la cabeza del Banco Central y el despacho económico en otras oportunidades, es percibido por el mercado como un técnico pragmático abierto al diálogo y menos ortodoxo que su antecesor, Jorge Giordani.
Mientras Giordani estuvo al frente de la cartera de Finanzas se promulgaron leyes para controlar los costos y precios de productos de alta demanda, se clausuró un sistema paralelo de venta de divisas y se redujo el contacto con las empresas.
Merentes comentó que se reunió el jueves con dos bancos de inversión extranjeros y que espera abrir sus puertas a agentes del mercado de deuda para reducir las expectativas negativas ligadas a los bonos venezolanos, que mantienen el índice de riesgo país como el segundo más alto de los mercados emergentes.
También agregó que una vez que se aligeren las trabas para la asignación de divisas se estudiará reabrir un sistema complementario de administración de divisas (SICAD), que durante su funcionamiento permitió la venta de dólares a un promedio de 14 bolívares a través de una subasta.
“Si es necesario el SICAD lo vamos a volver a abrir, estamos evaluando todo. Cuando se abre la subasta, no tiene que ser necesariamente la misma metodología”, dijo, indicando que las subasta podría cambiar de diseño.
(Editado por Ricardo Figueroa. LEA)