La inseguridad de los campos petroleros de Lagunillas dejó un dolor imborrable para sus habitantes aquel reciente 8 de enero, luego que estrangularan, amordazaran y violaran a Isabel del Valle López, de 68 años. Todo ocurrió en el interior de su vivienda, ubicada en Campo Grande. La intención del victimario era robar las prendas de oro y el dinero que la mujer guardaba en su clóset, pero la sangre fría que circula por sus venas abrió paso a un dantesco hecho que enlutó a los campos petroleros, al sur de la Costa Oriental del Lago. laverdad.com / Jolitze Isea García
Todo ocurrió en horas de la medianoche. El sujeto, identificado como Iván Darío Restrepo y detenido tres días después del crimen, ingresó a la vivienda por el techo de la cocina, aun cuando a pocos metros de la residencia está situado un comando de la Guardia Nacional. Este suceso forma parte de las innumerables denuncias formuladas por las familias afectadas. Se sienten desamparadas, aseguran que los personeros de Petróleos de Venezuela (PDVSA) no asumen la responsabilidad de los servicios y la Alcaldía de Lagunillas no tiene competencia a plenitud sobre el área.
El tema de la inseguridad va a la par con el evidente deterioro del lugar; todo lo que antes era conocido como el lugar de la clase alta de Lagunillas va en detrimento. Las 600 familias que lo habitan luchan contra los embates de ambos aspectos.
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