El príncipe Harry visitó el martes zonas de la costa de Nueva Jersey (este de Estados Unidos) golpeadas por el huracán Sandy en octubre pasado, en el marco de su gira estadounidense en la que busca mejorar su imagen tras el escándalo en Las Vegas el año pasado.
Texto y Fotos de AFP
El príncipe, de 28 años y tercero en la línea sucesora a la corona británica, recorrió junto al popular gobernador de Nueva Jersey, el republicano Chris Christie, las calles del balneario de Seaside Heights, devastado por el ciclón.
Con anteojos de sol y vistiendo una camisa blanca, Harry observó los rastros aún visible del paso de Sandy, que obligó a evacuar a decenas de miles de personas y causó daños por unos 80.000 millones de dólares en la costa este de Estados Unidos.
El príncipe conversó con trabajadores de los servicios de emergencia y habitantes del lugar, constató la AFP.
Harry comenzó su gira de una semana por Estados Unidos el jueves pasado en Washington, donde visitó una exposición fotográfica sobre los esfuerzos de remoción de minas terrestres y estuvo en la Casa Blanca para tomar el té con la primera dama Michelle Obama y esposas de veteranos militares.
El viernes rindió homenaje a los soldados estadounidenses muertos en Irak y Afganistán, país en el que estuvo desplegado dos veces con el regimiento de caballería Blues and Royals, y luego se dirigió a Colorado (oeste) para los Juegos del Guerrero, donde más de 200 hombres y mujeres heridos en combate competieron en diferentes deportes.
Harry, que había visitado por última vez Washington hace un año, ha dado muestras de un mejor comportamiento después de las fotos tomadas con teléfono móvil y divulgadas en internet en agosto pasado en las que se lo vio desnudo en una fiesta en un hotel de Las Vegas, Nevada (oeste).
Al igual que su padre, el príncipe Carlos, y su hermano mayor, el príncipe Guillermo, Harry ha asumido una mayor participación en los deberes reales en nombre de su abuela, la reina Isabel II, quien cumplió 87 años el mes pasado.
La gira se cerrará el miércoles con un partido de polo benéfico en Connecticut (noreste).
