ToriPollo y el Teniente, en conjunto, decidieron acabarlo, por ahora. Ningún vocero oficial negó la veracidad del audio, solo descalificaron su contenido que es lo mismo que encubrir a todos los salpicados por el ventilador. Carreño ladró: son “opiniones personales”. Varela bramó: son “chismes”. Diosdado gimoteó que no respondería. Earle, quién lo creería, se lanzó al piso a defender al Magnate de El Furrial. Los diputados del PSUV votaron por no abrir la investigación. Los comunistas lo vieron como una treta para “dividir”. Luisa Ortega dijo no haber recibido solicitud de investigación. ToriPollo, puso la guinda llamando “traidor” y “basura” a Ismael García, pues todo es una “guerra psicológica”. Y MujiquitaVillegas ha guardado un extraño silencio.
Así las cosas, es menester advertir que el Heredero, en esta segunda muerte del Gigante, no sólo se reune con Lorenzo Mendoza y los dueños de los medios, sino que acabó con su vocero privilegiado. Y dado que el Gigante se hizo Difunto, no hay forma de que lo llame en las noches para darle “tubazos” noticiosos, reirle sus asquerosidades, darle más poder en VTV, permitirle lanzar la línea política, apoyar sus exigencias de encarcelamiento a ciudadanos inocentes y fusilar moralmente a quien fuera.
Se ha dicho, y no está demás repetir: el Bocasucia es un engendro del mal. Valga decir: es el verdadero hijo del Gigante, su legado. Su Frankenstein con tornillo y cabeza chata