Christian Burgazzi: Descifrando la gran estafa (I. La escena del crimen)

Christian Burgazzi: Descifrando la gran estafa (I. La escena del crimen)

A Antonio Cova, Maestro

Cuando ocurre un delito o se sospecha su ocurrencia, los detectives comienzan su trabajo analizando la escena del crimen, identificando la víctima, investigando el motivo y la oportunidad, descubriendo el arma del delito, buscando pistas, interrogando testigos, atando cabos sueltos para consolidar las pruebas y evidencias firmes que los lleven a imputar a los culpables.

 

Dadas las sospechas surgidas en relación a los resultados de las elecciones presidenciales anunciados por el CNE el 14-A-13, un equipo técnico-político-forense se dedicó a analizar este sonado caso. El detective jefe fue el Inspector Grison Rincón, maracucho experto en descubrir triquiñuelas, acompañado por el Agente Secreto alias Lupita, quien con su lupa chiquita consigue hasta la pista más pequeñita. La investigación se centró en los hechos ocurridos el mismo día de las elecciones y en las cifras oficiales suministradas por el CNE, sin desconocer la importancia e impacto de los eventos ocurridos antes y después de esa fecha.

 

En esta serie de Intrigas por entregas, se presentan los hallazgos y conclusiones de la investigación. No se pierda los siguientes capítulos: II. El tamaño del engaño; III. Los indiciados y el arma del delito; IV. El secreto de la “rabo ‘e cochino”; V. Entrampados.

 

Delitos y Víctimas

Se sospecha del delito de Estafa Electoral con Falsificación de Votos a favor de un candidato, mediante la Usurpación de identidades  y del Voto de personas presentes en el Registro Electoral (vivas y muertas) y ausentes el día de las elecciones. Además hay evidencias de otras irregularidades, tipificadas como delitos electorales, como el Voto Asistido Obligado, que afectaron los resultados.

 

La víctima principal de estos delitos es la Democracia; fue vulnerada la Voluntad del Electorado y robado el triunfo del candidato Henrique Capriles, la MUD y sus electores. Otras víctimas colaterales son la Confianza en el CNE que quedó severamente afectada, la Legitimidad del “presidente” anunciado que lleva plomo muy pesado en el ala, y el Legado del difunto ex-presidente que quedó maltrecho. Se puede decir que los autores de estos delitos “mataron varios pájaros de un golpe”.

 

Pistas e indicios

Parte de la pesquisa acerca de los resultados anunciados requiere de análisis numéricos comparativos de los resultados electorales del 7-O y del 14-A, los cuales se facilitan porque el Registro Electoral fue el mismo (con 427 nuevos electores que estaban en revisión y fueron habilitados). Esto permite identificar las variaciones de la distribución de los votos y hacer comparaciones válidas entre los dos procesos.

 

Vayamos al grano, analicemos varios indicios hallados en la escena del crimen:

 

  1. Una pista importante es la mínima variación de la abstención el 14-A. En números redondos se abstuvieron apenas unos 120.000 electores más que en las elecciones del 7-O cuando compitió por última vez el entonces presidente Chávez. Para efectos de estos análisis, asumamos que esta pequeña abstención adicional se distribuyó 50/50 para cada candidato.

 

Este bajo índice de Abstención es sospechoso ya que en todos los procesos electorales de los últimos 14 años, en ausencia de Chávez la participación electoral bajaba significativamente. Todos los expertos esperaban una abstención mayor; incluso todas las encuestadoras que suelen pronosticar porcentajes bajos de abstención, que luego la realidad desmiente.

 

Esta pista podría indicar que hubo usurpación de votos de aquellos que no fueron a votar, por parte de quienes se sospecha sean los autores de esta estafa. Es decir, los detectives suponen que la abstención apareció falsamente baja porque a las personas que no fueron a votar, les robaron la identidad y votaron por ellas.

Este elemento llevó a los investigadores a otro indicio muy relevante: el análisis estadístico de los resultados permitió identificar y cuantificar los Centros electorales con índices anormalmente bajos de Abstención, generados muy probablemente por el Voto Usurpado descrito antes. Veremos los datos numéricos en la segunda entrega.

 

  1. Otra pista indica que los votos que perdió Maduro en relación a Chávez en su gran mayoría migraron a Capriles, sin pasar por la abstención. Maduro perdió unos 605.000 votos respecto a la última votación de Chávez, de estos apenas el 10% fue por causa de abstención (unos 60.000 chavistas, como se indicó en el punto 1) y el resto, ¡el 90%!, los perdió porque 545.000 chavistas votaron por Capriles.

En otras palabras ¡por cada chavista que se abstuvo, 9 votaron por Capriles!

¿Alta traición  o deslave rojo? Esto es extraordinariamente y extremadamente extraño, en la jerga de los investigadores.

 

La conducta política normal es la contraria: los chavistas descontentos con el “sucesor” nombrado por Chávez, tienden en primer lugar a votar por él “tapándose la nariz” por disciplina y lealtad al Comandante, en segundo lugar pueden decidir abstenerse, y sólo en última instancia, algunos deciden votar por el “enemigo”.

 

Así lo confirma incluso Eleazar Díaz Rangel, Director del Ultimas Noticias, cuya tendencia política es conocida, en su artículo del domingo 12 de Mayo: “Se entiende que chavistas se abstengan por triunfalismo, y hasta por descontento, pero que voten en contra, son palabras mayores”

 

En efecto son palabras mayores y despiertan sospechas mayúsculas acerca de la reducción artificial del índice de abstención. Los detectives suponen que en realidad un número significativo de electores chavistas se abstuvo de ir a votar el 14-A y que los estafadores electorales votaron a nombre de ellos y a nombre de muchos de los muertos aún inscritos en el Registro Electoral, en ausencia de testigos y observadores desalojados previamente con violencia, según lo confirma el informe de la Red de Observación Electoral que se presentará en la siguiente entrega de esta serie de intrigas.

 

  1. Entre los indicios más impactantes está el descubrimiento que en 3.224 mesas Maduro sacó más o igual cantidad de votos que Chávez el 7-O. Según los resultados anunciados, Maduro le ganó a Chávez en más del 8% de las mesas a nivel nacional, con una ventaja de 5,7%, casi 4 veces mayor que la supuesta ventaja sobre Capriles: Maduro: 52,85% – Chávez: 47,15%. ¿¡Existen Maduristas no Chavistas!? ¡Qué molleja! exclama el detective Gríson Rincón. Eso no se lo creen ni ellos mismos.

 

Este “misterio” podría indicar que en el afán de “usurpar votos” a favor de Maduro, se les fue la mano y ultrajaron la memoria de su líder invencible haciéndole perder frente a Maduro en estas mesas, cuando a nivel nacional este dilapidó la ventaja con la que había ganado Chávez (unos 1.600.000 votos) y la redujo a apenas unos 225.000 votos (supuestos), es decir la brecha disminuyó en aprox.1.375.000 votos (¡86%!).

 

  1. Otro indicio investigado tiene que ver con los Votos Nulos, no sólo por su bajo índice en relación a elecciones presidenciales pasadas (0,44% el 14-A-13; 1,89% el 7-O-12; 1,35% el 3-D-06), sino por la alarmante pista descubierta en el análisis de los resultados electorales por Parroquia: en poblados pequeños y zonas rurales el índice de Votos Nulos es anormalmente bajo (0,24%); mucho menor que el promedio nacional (0,44%).

 

Los Votos Nulos son producto de errores del votante, cuando por ejemplo, presiona el botón de Votar antes de que se active la selección de su candidato en el tarjetón.

Por alguna extraña razón los votantes del resto del país se equivocaron en promedio casi el doble que los habitantes de estos lugares apartados.

Esto sugiere que se aplicó de forma muy extendida el Voto Asistido Obligado, o “Voto a Juro”, como lo reseña el informe de la Red de Observación Electoral mencionado.

 

La acumulación de estos indicios, tanto por anormalidades numéricas como por inconsistencias políticas, arrojan oscuras sombras de dudas más que razonables sobre el resultado electoral, dado el estrecho margen diferencial entre Maduro y Capriles anunciado por el CNE.

 

Siembra dudas y cosecha tempestades.

 

No se pierda la siguiente entrega: II. El tamaño del engaño

Christian Burgazzi

@cburgazzi

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