El escándalo generado tras conocerse un audio en el que supuestamente Silva dialoga con un agente de la inteligencia cubana y detalla la interna del “chavismo sin Chávez” sigue dando coletazos en la política de medios del Gobierno de Nicolás Maduro.
El propio conductor se había excusado de salir al aire el 22 de mayo aduciendo “problemas de salud”, pero tras la confirmación de que no volverá al aire, publicó una columna en el sitio de la radio MK Servicio 45, en la que reitera que la aparición del audio fue un montaje, amplía los motivos de su salida del aire y se explaya en críticas a la falta de debate dentro de los mismos medios oficialistas.
Repite que “tenía que seguir un tratamiento por una recaída que tuve en La Habana el 20 de mayo”, pero también señala: “Decidí entregar el espacio de La Hojilla y ponerme a disposición de la Fiscalía General de la República para facilitar que se me investigue por el bodrio presentado por Ismael García”, esto último en referencia a las denuncias de la oposición basadas en el mencionado audio de su conversación conAramis Palacio, identificado como un alto jefe del G-2 cubano.
Silva se explaya en analizar las declaraciones de los opositores, pero, sobre todo, se mete en la interna de la sucesión chavista y de su supuesta soledad en ese frente. Sugiere que hubo “un plan casi perfecto para sacar del aire a La Hojilla”, que hay declaraciones que dan por hecho la veracidad del audio y que “no ha surgido ni una defensa a Mario Silva”.
Además, agrega una áspera crítica a “hechos colaterales”, como llama entre otras cosas a los despidos en los medios oficialistas: “La salida del aire del camarada Vladimir Acosta y Toby Valderrama de Radio Nacional de Venezuela, la salida del profesor Arenas de Asamblea Nacional Radio y, creo también de Martín Guedes son altamente preocupantes”, afirma.
Y enseguida pone sobre la mesa las diferencias que el legado de “mi (su) comandante Chávez” genera en las filas del actual partido gobernante: “(Chávez) Debatía lo que tenía que debatir cuando se presentaban voces amorosas de alerta a los errores que pudieran cometerse. Quisiera pensar que estas salidas son producto del excesivo celo de algunos funcionarios, que en su afán por demostrar lo ‘muy revolucionarios’ que son,no entienden que más allá de sus funciones hay un pueblo que escucha, opina y vigila la Revolución”, advierte el ex conductor.
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