“Esto es solo en el estado de Zulia y no es racionamiento”, afirmó el portavoz del ministerio de Comunicación e Información, Raimundo Urrechaga. “Es solo focalizado en Zulia para control el contrabando”, aclaró.
Por JORGE RUEDA y FRANK BAJAK /Associated Press
Aún está por definirse algunos detalles entre ellos la cantidad y periodicidad de las compras que serán permitidas a cada familia en el estado occidental de Zulia, dijo el secretario general de gobierno de Zulia, Blagdimir Labrador.
La administración del gobernador oficialista Francisco Arias Cárdenas ha diseñado un sistema que registrará las compra a distancias en servidores con lo “que se garantiza que una misma persona no vuelva en el mismo día a adquirir ese producto en otro establecimiento”. El sistema informatico permitirá “monitorear y limitar la compra de 20 productos regulados como el arroz, pollo y la harina de maíz”, acotó el funcionario.
Labrador señaló que inicialmente el sistema se aplicará en “65 automercados de los municipios de Maracaibo y San Francisco” de Zulia, estado ubicado al extremo occidente de Venezuela y fronterizo con Colombia. Zulia es el estado más poblado del país, sólo superado por la capital venezolana, conformada por cinco municipios, cuatro de ellos del vecino estado Miranda.
No está claro, sin embargo, cómo el sistema impediría que los diferentes miembros de una misma familia esquiven al sistema mediante la compra por separado.
Las autoridades dijeron que la medida era una respuesta al contrabando de alimentos a la vecina Colombia.
“Estoy dispuesto a correr todos los riesgos con tal de derrotar el flagelo del contrabando de alimentos”, dijo el gobernador Arias Cárdenas a través de la red social de Twitter.
Para enfrentar el contrabando de gasolina a Colombia, en Zulia y otro estado fronterizo, Táchira, se han instalado los llamados “chip” en los vehículos para restringir la compra de gasolina. La nueva medida, sin embargo, no parece tener relación con las causas del contrabando de gasolina venezolana, que es fuertemente subvencionada.
La medida coincide con el salto que ha experimentado la escasez de artículos de primera necesidad como alimentos y otros productos básicos como el papel higiénico, un problema que agobia a diario a los venezolanos y que se ha agudizado en meses recientes debido a la falta de divisas y una limitada producción nacional.
Desde octubre el gobierno fue reduciendo progresivamente la venta de dólares oficiales sin dar mayores explicaciones. En Venezuela está vigente un control de cambio desde febrero del 2003.
A partir de entonces, cientos de empresas comenzaron a enfrentar problemas para obtener divisas oficiales e importar insumos y materias primas, agudizando los problemas escasez y de desabastecimiento de algunos productos esenciales, entre los que figuran también los medicamentos y repuestos.
La restricción en la entrega de divisas se hizo más fuerte a partir de febrero pasado cuando las autoridades financieras eliminaron el Sistema de Transacciones con Títulos en Moneda Extranjera que permitía a las empresas e inversionistas obtener dólares a través de las compra de bonos de deuda en moneda extranjera.
Arias Cárdenas descartó que la medida esté inspirada en la llamada libreta de racionamiento utilizada en Cuba como algunos han sugerido debido a los estrechos vínculos del gobierno venezolano con el gobierno de La Habana.
“Aquí no estamos en Cuba, estamos en Maracaibo”, dijo el gobernador, saliéndole al paso a las críticas.
“Que locura, eso parece una copia de la libreta (de racionamiento) cubana”, dijo Angélica Silva, una ama de casa de 52 años, que hacía fila para pagar en un automercado del centro de Caracas y se quejó que no pudo comprar mantequilla y papel higiénico, dos de los productos más escasos.
Con el objetivo de distribuir equitativamente los alimentos, los cubanos reciben alimentos con sus libretas de racionamiento mensual. Esa medida está vigente desde 1962 la libreta de abastecimiento contempla la venta altamente subsidiada de arroz, café, huevos, aceite de cocina, pollo, pescado o picadillo, entre otros.
“Ojalá se den cuenta que eso es muy difícil de controlar. Esto no es un país pobre como Cuba, donde todos dependen del gobierno, aquí cualquiera puede ir al mercado y saltarse eso”, comentó. “Ojalá no pase de allí (de Zulia) y que no se les ocurra atropellar a la gente, lo que me da miedo es que va haber más escasez y eso no lo aguanta nadie”.
El profesor de economía de la Universidad Católica Andrés Bello, Ronald Balza, dijo que no veía cómo al racionar ciertos alimentos — cuyo precio se supone están controlados — con el esquema de alta tecnología propuesto para Zulia se abordará el problema de fondo de lo que está causando la escasez.
“La razón de la escasez (en Zulia) es la misma que en el resto del país”, dijo Balza a la AP.
Los controles de precio que existen desde hace más de una década sobre más de un centenar de bienes han generado severos problemas en las estructuras financieras de numerosas empresas que se han visto obligadas a limitar sus producciones para evitar ir a la quiebra. Venezuela padece una galopante inflación que en abril se ubicó en 4,3% y el acumulado de los últimos doce meses a 29,4%.
El índice de escasez, por su parte, repuntó en abril a 21,3%, el nivel más alto que ha alcanzado el indicador desde el 2009 cuando el Banco Central de Venezuela (BCV) comenzó a difundir el indicador, que se concentra desde el 2000 en monitorear mensualmente la disponibilidad de más de un centenar bienes en los anaqueles.
Paralelamente, algunos economistas dicen que Venezuela se encamina hacia una recesión. El Banco Central dijo que su economía creció sólo un 0,7% en el primer trimestre, lo que representa una desaceleración respecto del año pasado cuando registró un incremento de 5,9% en el mismo período,
El gobierno ha estimado para este año una meta de crecimiento de 6% y ha dicho que no cree que la devaluación de 4,30 bolívares a 6,30 bolívares por dólar, que entró en vigencia a mediados de febrero, afecte la meta de crecimiento de este año.
La merma en la entrega de las divisas oficiales ha ocasionado además la suspensión de suministros de materias primas, equipos y repuestos desde el exterior, lo que ha llevado a la paralización de la producción en algunas empresas generando problemas de desabastecimiento.
Muchos economistas son escépticos y sostienen que la limitación de las compras de alimentos o la aplicación de un racionamiento podría terminar agravando la escasez de productos alimenticios básicos, mientras que los venezolanos en general señalan como culpable a la mala gestión del gobierno.
El ministro de Finanzas, Nelson Merentes, dijo la semana pasada que iba a viajar a los Estados Unidos y Europa a buscar inversiones para tratar de apuntalar el déficit de dólares. Él no dio a conocer el tamaño del déficit.
La mayor parte de los 26.000 millones dólares de las reservas internacionales de Venezuela al 10 de mayo, según estimaciones de los analistas, están constituidas por posiciones en oro y otros instrumentos, y las reservas líquidas disponibles para las importaciones representan menos de 3.000 millones de dólares.