Ciertamente, Nicolás no ha dicho nada al respecto, por ahora. Con lo cual no hay pista clara sobre el fondo del “encuentro”. Eso sí, ha reducido de manera considerable sus insultos antiyanquis. Prueba de que los pasos del encapuchado ante el Imperio al menos cuentan con su aceptación.
Se me podrá decir que la política exterior del país la determina el Presidente, por lo cual no cabe la posibilidad de que Jaua tomara la iniciativa de acercamiento al Imperio y luego se la impusiera a Nicolás. Cierto. Pero ya se ha dicho hasta el cansancio: Nicolás no es Chávez, cuyo poder absoluto determinaba lo internacional y lo nacional. El poder actual está muy fracturado. No hay voz de mando. Cada quien hace más o menos lo que le viene en gana, incluso en las materias más delicadas. La ilegitimidad del mandatario no solo es aprovechada por la oposición sino también por factores del régimen, como los Castro a quienes les interesa sobre manera avanzar en el mejoramiento de sus relaciones con sus enemigos históricos.
La fantasmagórica imagen del poder de Nicolás está cada vez más desvirtuada. Así es vista también desde adentro. Los ultrosos saben que pisan un terreno falso, los boliburgueses raspan la olla, los militares deshojan la margarita y las bases rojas miran con creciente simpatía a @hcapriles.
A todas estas, la explicación sobre el giro proimperialista del régimen, más allá de mis anteriores especulaciones, pareciera darla el propio Nicolás con sus denuncias, lo han “inoculado” con el virus imperial y ni cuenta se ha dado.