La guerrilla comunista de las FARC propuso este martes aplazar por un año las elecciones de 2014 en Colombia, lo que fue rechazado de inmediato por la delegación del gobierno de Juan Manuel Santos al reanudarse las conversaciones de paz de La Habana.
“Abramos un debate nacional sobre la urgencia y conveniencia de aplazar el calendario electoral por un año (…). Consideramos que hay que anteponer el interés colectivo de la paz a cualquier otra circunstancia que enrarezca el fin que nos ha convocado en La Habana”, dijo a la prensa el jefe negociador de la guerrilla, Iván Márquez.
Afirmó que para postergar las elecciones –lo que implicaría extender el mandato del presidente Santos y de los legisladores– se debería convocar a una Asamblea Constituyente, algo contemplado en el artículo 376 de la carta magna colombiana.
Sin embargo, el jefe negociador del gobierno, Humberto de la Calle, rechazó en forma categórica esta propuesta: “Eso no va, una Constituyente no va”.
“No debemos distraernos en propuestas que poco contribuyen a la claridad, como ocurre con la supuesta prolongación del periodo de los elegidos”, declaró De la Calle a la prensa antes del inicio de las conversaciones a puertas cerradas en el Palacio de las Convenciones de La Habana.
La propuesta de las FARC contemplaba “un año de aplazamiento (del mandato de Santos) sin reelección presidencial”. Santos aspira a ser reelegido en 2014. Los comicios legislativos están previstos para marzo de 2014 y los presidenciales para mayo.
Ambas partes iniciaron la décima ronda de conversaciones tras un receso de dos semanas, luego de que el 26 de mayo alcanzaran un acuerdo sobre el primer punto de la agenda, el desarrollo rural, un logro inédito en los 48 años de lucha guerrillera de las FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia).
Las dos delegaciones deberán acordar garantías para la participación política y modalidades de justicia para las FARC. También deben recibir las conclusiones de un foro ciudadano sobre el tema, efectuado en Bogotá del 28 al 30 de abril, bajo auspicio de la Universidad Nacional y la oficina de la ONU en Colombia.
“En todos los procesos de paz -tanto en los que se dieron aquí en Colombia como los que se han realizado en otras naciones- hay un elemento común: la transformación en movimiento político legal de los antiguos alzados en armas. De eso se trata: que imperen las ideas, no las armas”, dijo De la Calle.
La base para negociar se encuentra en una reforma constitucional aprobada en 2012, conocida como “marco jurídico para la paz”, que abrió la posibilidad de la participación política a los guerrilleros que no estén incursos en delitos de lesa humanidad, así como la de suspensión de penas.
De la Calle dijo que “no podemos permitir de ninguna manera que se repita lo sucedido con la Unión Patriótica”, partido creado por las FARC en los años 80 -en el marco de un fallido proceso de paz- que se convirtió en objetivo de la violencia: más de 3.000 de sus miembros fueron asesinados, entre ellos sus candidatos presidenciales Jaime Pardo (1987)y Bernardo Jaramillo (1990).
El actual proceso de paz arrancó en noviembre de 2012 con una agenda de cinco puntos, que incluye el desarrollo rural (ya consensuado), la participación política, las drogas ilícitas, el abandono de las armas y la reparación a las víctimas del conflicto armado de casi medio siglo.
De la Calle advirtió que “nada está acordado hasta que todo lo esté”.
Los diálogos, que se desarrollan mientras persisten las hostilidades en Colombia, tienen el apoyo internacional de Noruega y Cuba, como países garantes, y de Venezuela y Chile, como acompañantes.
Las tensiones diplomáticas entre Caracas y Bogotá desatadas justo después de logrado el primer acuerdo entre gobierno y guerrilla, pusieron en duda la continuidad del acompañamiento de Venezuela, pero el presidente venezolano Nicolás Maduro aseveró el viernes que seguirá apoyando el proceso de paz. AFP