Después del carnaval, qué mejor que fútbol y cerveza para un brasileño. Y la Copa FIFA Confederaciones, ensayo general del Mundial-2014, volverá a reunir a los tres en un estadio después de varios años, aunque para la mayoría la fiesta sólo será posible en las calles.
El torneo, que reúne a ocho selecciones y se celebrará en seis de las 12 sedes mundialistas, permitirá que el brasileño disfrute de nuevo de sus tres pasiones en un estadio.
Tras una intensa puja, la FIFA, que tiene entre sus auspiciantes a la cerveza Budweiser, logró que las autoridades brasileñas liberaran el consumo de cerveza en los estadios, prohibido desde 2003, durante la Copa Confederaciones y el Mundial-2014.
De ahí que la ceremonia de apertura de este sábado, en el estadio de Brasilia, previo al juego entre Brasil y Japón, genere una expectativa adicional a la que normalmente despiertan estos actos.
“Haremos un homenaje a Brasil y a los países participantes de la Copa Confederaciones, una gran fiesta”, dijo Paulo Barros, “carnavalesco” (director artístico) de la escuela de samba Unidos de Tijuca, una de las más grandes de Rio de Janeiro y que desfila en el sambódromo durante el carnaval, y quien es responsable del show.
Barros anticipó que la ceremonia evocará el espíritu festivo de los brasileños, pero que a diferencia del carnaval no habrá carrozas alegóricas para evitar que el gramado se dañe. Por lo demás, el espectáculo reunirá música, disfraces y mucho, mucho baile, todo al sorbo de cerveza.
“Como acostumbro hacer en el carnaval, voy a explorar el elemento humano y hacer un homenaje a Brasil y los países participantes. Más que eso no puedo decir. Es un secreto absoluto”, señaló el artista al portal oficial de la FIFA.
Casi 16.000 voluntarios se inscribieron para participar en el acto inaugural y de clausura, que se llevará a cabo el 30 de junio en el estadio Maracaná.
La Copa Confederaciones moverá en su mayoría público local. Apenas un 2,9% del total de ingresos fue vendido a extranjeros, unos 335.000 visitantes, según la FIFA.
Así que las autoridades debieron arreglárselas para que multitudes también vivan la Copa Confederaciones como el reencuentro del fútbol, la cerveza y la fiesta.
Las seis sedes: Brasilia, Rio de Janeiro, Belo Horizonte, Recife, Salvador y Fortaleza, cuyos estadios pueden recibir juntos unos 382.000 espectadores, preparan fiestas o espectáculos populares durante el torneo.
La fórmula en casi todas las ciudades será la misma: grandes pantallas al aire libre, comida, cerveza, y una banda tocando antes y después de los partidos.
Sólo en Brasilia se esperan que 300.000 personas participen en los actos programados por el gobierno durante el torneo. Será también una oportunidad para los anfitriones de poner a prueba los sistemas de seguridad y movilidad urbana.
“Cada uno de los más de 5.000 municipios de Brasil necesita organizar su propia fiesta, tiene que haber apoyo de la FIFA, de los gobiernos locales, de los auspiciantes. Es fundamental que la población sienta que la Copa es en Brasil y no que es cualquier Mundial”, dijo a la AFP Pedro Trengrouse, asesor de la ONU para la Copa Mundo 2014.
Al fin y al cabo quien paga la cuenta del Mundial es el pueblo brasileño, y es quien “tiene derecho a celebrarlo” en las calles, agregó. AFP