“En Dios me acuerdo primero, sólo en trance de morirme o a veces cuando estoy triste, más nunca si estoy contento”
Maestra vida, Rubén Blades
Mañana su Santidad recibirá la visita de Nicolás Maduro en audiencia donde inexorablemente el tema de la crisis política que atraviesa nuestro país será el punto central del encuentro. Dicha audiencia viene precedida por varias declaraciones que sólo Nicolás se atreve a hacer como cuando expresó que el pontificado de Francisco se debía en buena medida a la influencia del comunista cristiano y comandante supremo Hugo Chávez o a las inferencias de JVR y Díaz Rangel quienes en defensa del modelo promovido por los Castro en Venezuela y América Latina se atrevieron a decir que la misión del Papa era acabar con los gobiernos de izquierda en la región. El encuentro se realiza a los dos meses de haber sido nombrado Maduro por el CNE. Son sólo 60 días aunque las consecuencias de su breve y nefasto mandato probablemente las pagaremos los venezolanos por mucho tiempo.
¿Por qué el empeño de Nicolás en reunirse tan rápidamente con el sumo Pontífice? Es extraño que un individuo formado en La Habana bajo los ideales del marxismo- lenilismo y el materialismo histórico que calificaba a la religión como el opio del pueblo e inculcaba a sus seguidores el ateísmo como norma básica, así como la lucha de clases y la dictadura del proletariado, considere estratégico un encuentro con la máxima autoridad de la Iglesia Católica, mucho más aún en medio de una crisis económica que asfixia aceleradamente a su gobierno. Desde mi perspectiva, la explicación subyace en el peso social y moral que tiene la Iglesia Católica en América Latina y especialmente en Venezuela y a la necesidad imperiosa de obtener legitimidad tratando de chulearse el prestigio del Papa Francisco. A esto se suma, el hecho de que @hcapriles había anunciado su deseo de reunirse con el Papa y como Henrique es quien define la agenda política del país, Nicolás raudo y veloz puso a trabajar a la diplomacia roja para lograr este encuentro.
El Papa Francisco se dio a conocer al mundo por su enfrentamiento con el gobierno de los Kirchner, ¿por qué un jesuita que ha hecho de la defensa y ayuda a los pobres su razón de vida se opone al peronismo kirchnerista cuando se supone que deberían coincidir en su intención de ayuda al más necesitado? Porque el gobierno de Cristina y su modelo, al igual que el modelo promovido por Chávez y su famoso socialismo del siglo XXI es una estafa a los pobres. Recuerdo aquella definición de Miquilena refiriéndose al gobierno de Chávez en la que decía que este era un gobierno que engaña a los pobres y asusta a los ricos, pero que en realidad no resuelve los problemas del país. ¿Se atreverá Nicolás a expresar su profunda admiración por los Kirchner durante su audiencia? Recuerden que en su gira comprando legitimidad por el cono sur, Maduro expresó que Uruguay era la Suiza de América (y no Chile) y se declaró kirchnerista, chavista y antiimperialista.
Ojalá que de la visita al sumo Pontífice se logre la liberación de los presos políticos y el compromiso del gobierno de Nicolás de ocuparse de los problemas de la gente y no seguir promoviendo el odio y la división social. No albergo muchas esperanzas sobre los frutos de este encuentro, ya que cualquier consejo que le el Santo Padre chocará con las pretensiones totalitarias y hegemónicas de los enchufados. Asimismo, ya Nicolás le mintió a todos los presidentes de la UNASUR cuando dijo que permitiría una auditoría completa de los resultados del 14 A, con lo cual no es de extrañar que haga lo mismo con el Papa Francisco. De ese encuentro Nicolás espera obtener una foto y un video que será transmitido millones de veces por el sistema de medios públicos, vendiendo el encuentro como una cuasi beatificación política del personaje en cuestión.
El Papa conoce con exactitud lo que ocurre en Venezuela, al extremo que el 21 de abril declaró: “sigo con atención los acontecimientos en Venezuela. Los sigo con mucha preocupación e intensas oraciones y la esperanza de que se encuentren vías justas y pacíficas para superar el momento de gran dificultad que atraviesa el país”. El régimen de Maduro ya no engaña a nadie sobre su esencia antidemocrática y totalitaria. Estoy convencido que guardando las formas diplomáticas, el Papa Francisco le dirá a Maduro lo que millones de venezolanos le decimos todos los días, ojalá que a él sí lo escuche.
Los autócratas como el ex presidente Hugo Chávez, Nicolás y los Castro siempre quieren engañar a Dios y a sus representantes en la tierra, para fortalecer sus regímenes, colocando el ejercicio del poder por sobre la ética, la verdad y la vida, pero no lo lograrán. Nicolás quiere contar cuentos a quien conoce la verdadera historia.
Carlos Valero
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