Maracaibo se ha convertido en epicentro de una nueva forma de fraude con el “desangre” indiscriminado de dólares a través de las remesas familiares de Cadivi por parte de organizaciones delictivas y complicidad de gestores, que abarrotan a diario las afueras de las casas de envío de la ciudad, publica Panorama.
Hasta más de mil personas —dicho por los propios empleados de una compañía de encomiendas, en la calle 5 de Julio— hacen una larga cola para pedir una cita y así consignar la carpeta con los requisitos de inscripción y envío de dinero al extranjero, la mayoría hacia Colombia, que tiene a Venezuela como el tercer país que más dólares le envía a través de las remesas, después de EE UU y España.
Muchas peticiones no son para ayudar a parientes en el exterior, sino de desfalcar a la nación, utilizando nombres, cédulas y direcciones falsas; aprovechándose de la facilidad del trámite de solicitud de cartas de residencia en dependencias locales.
La cantidad máxima permitida por Cadivi para remitir dinero a los familiares son 300 dólares al mes y autorizan hacerlo a familiares directos (padre, madre, hijos, abuelos, nietos, esposo o concubino). El beneficio a través de una providencia Cadivi establece que se puede enviar una parte del salario para los familiares de extranjeros que viven en el país.
En la capital zuliana, muchos se acercan a las casas de envío la noche anterior de la fecha pautada para la entrega de los documentos. Otros compran el “puesto”. Además, se ubican —entre vendedores de comidas— gestores con computadores portátiles e impresoras para hacer el trámite, centros de cedulación y RIF.
“Vivo de cuidar los ‘lugares’. Aquí amanecemos y cobramos los primeros 30 puestos a 300 bolívares. El resto en 250 o 200. Unos hacen este papeleo por maraña, otros tienen que aguantarse la cola para enviarle el dinero al familiar afuera y pierden la mañana porque atienden 100 personas”, explicó el hombre en la casa de envío.
Otro de los “modus operandi” apunta a “funcionarios públicos que trabajan claramente en Venezuela, pero aparecen como receptores de una remesa somo si estuvieran trabajando en el extranjero”, reveló el registrador principal de Táchira, Alejandro Méndez
“Se tramitan constancias de residencia, constancias de estudio en Colombia y todo lo necesario para que esta estafa continuada al Estado venezolano se haga”, agregó Méndez.
Ante esta situación, Nelson Canquiz, secretario para Asuntos Políticos, Laborales y Administrativos de la Gobernación del Zulia, informó que hace dos semanas tuvo un primer contacto con el gobierno del Táchira, donde también se evidenció esta irregularidad, para abordar el problema y determinar la existencia de estos hechos ilícitos.
“Se presume que hay algunos vicios con respecto a la remesa que se envía a los familiares en el exterior y se ha incrementado la solicitud de constancias de residencia en el estado (…) Una comisión de Táchira vendrá esta semana con una delegación del Ministerio de Interior y Justicia para realizar una mesa de trabajo con nosotros en el Zulia porque nos ha sorprendido que en menos de un mes se ha incrementado la solicitud de las cartas de residencia y lo evaluaremos con los intendentes de parroquia. Nos sorprende la cantidad de personas que amanecen en las casas de cambio ”, dijo Canquiz.
El director de Política de la Gobernación de Táchira, José Gregorio Zambrano, pues indicó que residentes andinos llegan a poblaciones limítrofes de nuestra región y Mérida para solicitar la carta de residencia y cometer el delito.
En esa entidad se expedían hasta 15 mil cartas al mes, pero el gobierno decretó que este recaudo sólo será otorgado por este organismo. La medida hizo que estas peticiones se redujeran a 30 en una semana, aseguró Zambrano.
“Fue una medida unilateral para frenar la situación irregular que se venía observando en las casas de cambio, donde gran cantidad de personas, valiéndose de la providencia de Cadivi”, declaró el político tachirense.
En los estados Zulia y Mérida ya se trataba de conseguir la residencia en Táchira para obtener remesas en esa entidad.
Para el economista Miguel Muñoz la gran mayoría de estas remesas se van a los países vecinos debido a la facilidad con que se otorgan. “Muchos de los que quieren enviar 900 dólares no ganan ni sueldo mínimo, cómo pueden justificar esa compra? Deben haber personas claves que aprueban estos procedimientos, habiendo un desangre de dólares y deben investigarlo”, precisó.
Desde la Asamblea Nacional, el diputado Ricardo Sanguino dijo, en abril pasado, que “hay una estafa comprobada con el mal uso de las divisas que se otorgan para las remesas”.
“Tenemos que decirle a estos señores que respeten nuestro país, porque si están aquí realizando estas actividades no estafen, utilizando mal un beneficio que el país les concede para que puedan remitir a sus familiares, si están trabajando en Venezuela, parte de sus excedentes”.