El chocolate combina, en algunas de sus variantes, un sabor amargo con un suave gusto dulce que engancha a casi todo aquel que lo prueba. A pesar de que en determinadas dietas se considera un alimento prohibido, lo cierto es que un consumo moderado de chocolate reduce el riesgo de sufrir enfermedades como el ictus y también reduce la presión sanguínea, además de proporcionar una sensación placentera en el cerebro.
No pocas veces se ha dicho que el chocolate es un alimento “peligroso”. De hecho, suele ser uno de los más prohibidos cuando se hace dieta, algo que supone un suplicio para muchas de las personas que lo adoran. ¿Por qué gusta tanto el chocolate? ¿Es realmente peligroso para la salud su consumo? Con la ayuda del nutricionista Álex Vidal, de Alimenta’t, Institut d’Educació Nutricional.
Una de las razones por las que suele gustar tanto el chocolate es por su contenido en endorfinas que, tal como explica Álex Vidal, proporciona al cerebro una sensación de relajación, de placer y de bienestar. “Esto justifica que, en muchas ocasiones y de manera inconsciente, cuando tenemos un mal día nos apetezca, casi desesperadamente, comer chocolate”, comenta el nutricionista de Alimenta’t.
Está claro que el chocolate es uno de los alimentos dulces con más seguidores, pero ¿es realmente tan perjudicial como se señala en algunas dietas? Los expertos aseguran que no. Según las conclusiones de varios estudios recientes el consumo de unos 50 gramos por semana o 7 gramos al día de chocolate negro pueden llegar a reducir hasta un 14 por ciento el riesgo de sufrir accidentes cerebrovasculares como el ictus. Asimismo, cabe destacar, que el consumo regular de chocolate también reduce la presión sanguínea.
Y es que el cacao, tal como destaca Álex Vidal, contiene flavonoides que son antioxidantes y tienen un efecto protector sobre posibles enfermedades de tipo cardiovascular.
No podemos olvidar, eso sí, que el chocolate es un alimento con gran poder calórico, 100 gramos de chocolate negro aportan unas 500 Kcal. Muchas veces “olvidamos” esas kilocalorías con la coartada de que determinados productos tienen un bajo contenido en azúcar o un alto porcentaje de cacao, y es un error. Casi la mitad de la calorías del chocolate provienen de las grasas o lípidos (de las buenas, si, pero grasas al fin y al cabo).
A la hora de valorar las diferencias entre los distintos chocolates, hay que tener en cuenta estos aspectos:
– Chocolate con leche: Se suaviza su sabor y color pero se disminuye su poder antioxidante y puede llegar a ser más calórico por contener azúcares y mantecas.
– Con frutos secos: Pueden variar las propiedades del producto en función del fruto seco (almendras, avellanas, nueces…), pero también son más calóricos.
– Chocolate blanco: No son pocas las personas que no lo consideran auténtico chocolate, ya que contiene solo derivados del cacao. Es más calórico que el negro pero también más rico en calcio y proteínas.
Como conclusión, para aquellas personas que no pueden pasar sin consumir chocolate, el nutricionista de Alimenta’t aconseja consumir cada día una “toma” (8 gramos = 40 Kcal) de chocolate negro.
Si además consumimos este alimento en la primera mitad del día, al tener el resto de la jornada por delante, tenemos una mayor probabilidad de “quemar” la energía que nos aporta este maravilloso alimento y podremos disfrutar del mismo sin preocuparnos por nuestra figura.