Desalojan a “indignados” de casa del gobernador de Río

Desalojan a “indignados” de casa del gobernador de Río

Foto noticias.lainformacion.com

La policía brasileña desmontó hoy un campamento que unos veinte “indignados” mantenían desde hace diez días frente a la residencia del gobernador de Río de Janeiro, Sergio Cabral, dentro de las protestas que sacuden a Brasil.

Las autoridades se presentaron de madrugada, en momentos en que los veinte manifestantes que estaban acampados desde el pasado 21 de junio dormían, según denunciaron varios de ellos a medios locales.

El pequeño campamento, con una decena de carpas, estaba montado en la calle Arístides Espínola, de Leblon, el barrio con el metro cuadrado más caro de Río de Janeiro y frente al edificio en el que reside el gobernador Cabral.





La estudiante Luiza Dreyer, miembro de ese grupo de “indignados” que exigía respuestas del gobernador a sus demandas de mejores servicios públicos, dijo a periodistas que la policía “llegó de madrugada” y los expulsó del lugar de forma violenta.

“Derrumbaron las carpas y no dieron tiempo para nada”, declaró Dreyer, quien apuntó que uno de los manifestantes, que intentó resistirse a la acción policial, permaneció detenido durante algunas horas y será acusado de “desacato a la autoridad”.

La estudiante dijo que fueron “totalmente sorprendidos” por la acción, sobre todo porque desde que habían instalado el campamento habían tenido “una excelente relación” con los agentes encargados de la custodia del gobernador.

“No habíamos tenido ningún problema con la policía. Por el contrario, teníamos muy buen diálogo”, declaró.

Dreyer también denunció que tanto sus carpas como todo lo que guardaban en el campamento fue incautado por la policía y llevado a una comisaría.

Entre ese material estaban las pancartas que exhibían en el campamento, en las que protestaban contra la corrupción, exigían servicios públicos de calidad y más baratos y plasmaban un sinfín de reivindicaciones similares a las defendidas en las manifestaciones que desde el pasado 10 de junio ocupan las calles de Brasil.

También había algún cartel con una pizca de humor, como uno que pedía a los conductores que tocasen la bocina de sus automóviles en señal de solidaridad con sus protestas. EFE

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