El Gobierno Nacional se ha propuesto devolver el esplendor a esta obra diseñada por el renombrado arquitecto venezolano Fruto Vivas. Para ello se instaló este lunes el equipo interdisciplinario que dirigirá su recuperación y posterior gestión, con la promesa de que en unos cinco o seis meses el lugar muestre un nuevo rostro y sea escenario para la expresión cultural de todo el pueblo, sin exclusiones.
Así lo destacó el ministro de Turismo, Andrés Izarra, al instalar el equipo conformado también por el titular del despacho de Cultura, Fidel Barbarito; el viceministro de la Juventud, Mervin Maldonado; el comisionado Nacional del Ministerio de Ambiente para el Turismo, Mauro González; Marta Bolívar por las Comunas e Izarra y Glexy Dugarte por Turismo.
En rueda de prensa ofrecida desde el espacio declarado Monumento Nacional la semana pasada, Izarra y Barbarito garantizaron que el lugar tendrá una programación cultural acordada con las organizaciones populares, lo que deja atrás la etapa de “rumbas y bonches” con licor y excesos para un grupo selecto que caracterizó su gestión en manos de la Gobernación, denunció Izarra.
Uno de los aspectos que debe ser intervenido y requiere de mayor esfuerzo es el sistema hidráulico que permite activar el mecanismo de los 16 pétalos internos y externos que conforman la obra. Hoy totalmente inoperativo, alguna vez abrió sus pétalos de acuerdo con la luz del sol. Los pétalos están hoy muy deteriorados y se requiere su reemplazo con una tela especial que producen en Francia.
Con 19 metros de altura y 1.600 metros cuadrados de superficie, la obra se inspiró en los tepuyes de la Gran Sabana, monumentos naturales ubicados al sur del país y en la orquídea, la flor nacional.