El jefe adjunto de bomberos, Dale Carnes, precisó que de los 291 pasajeros y 16 tripulantes de la aeronave, 182 fueron llevados con heridas de diversa consideración hacia hospitales y otros 123 estaban sanos y salvos. Dos personas murieron en el siniestro.
Todos los pasajeros y tripulantes ya han sido ubicados por las autoridades tras localizar a un pasajero que figuraba inicialmente como desaparecido.
Un agente de la policía federal (FBI), David Johnson, dijo por su lado que hasta el momento no hay ningún elemento que permita indicar que el accidente fue originado por un acto terrorista.
“Haremos todo lo que esté a nuestro alcance para descubrir qué fue lo que pasó”, añadió.
El Hospital General de San Francisco, uno de los que trata a los heridos, había indicado más temprano que tenía a cargo 10 personas (6 de ellas mujeres y 4 hombres), todas en estado “crítico”.
El Boeing yace cerca de la pista, semicalcinado, con la cola separada del resto del fuselaje por unos cien metros. El aparato no embistió ningún edificio antes de accidentarse.
Entre los pasajeros había 77 coreanos, 141 chinos, 61 estadounidenses y un japonés, indicó Asiana.
La Autoridad Federal de Aviación (FAA) estadounidense confirmó que el avión se accidentó al tocar tierra. Testigos del accidente afirman que la cola del aparato golpeó la pista al aterrizar.
Pero las causas del accidente seguían siendo una incógnita. La presidente de la Agencia de Seguridad en el Transporte de Estados Unidos (NTSB), Debra Hersman, dijo en una conferencia de prensa en Washington que “es aún muy temprano para decir algo” y que “todas las hipótesis están sobre la mesa”.
Desde Seúl, el ministerio de Transportes de ese país informó en un comunicado que la cola del avión había tocado la pista en el momento del aterrizaje.
“La cola del avión de Asiana tocó el suelo y el avión se salió de la pista”, señaló la nota del ministerio surcoreano, y agregó que un equipo de cuatro personas fue enviado a San Francisco para examinar los restos del fuselaje de la aeronave siniestrada.
El portavoz de la FAA, Lynn Lunsfor, dijo a la AFP que el aeropuerto de San Francisco (California, sureste) cerró sus operaciones hasta nuevo aviso y que la mayoría de los vuelos fueron desviados a Los Ángeles.
“Vi gente ensangrentada”
“Lo hemos visto tocar el suelo, la cola se ha quebrado casi inmediatamente tocando lo que parecía el extremo de la pista”, relató a la CNN Jennifer Sorgen.
Un pasajero colgó en Twitter una foto que muestra a gente saliendo del avión, aparentemente sanos y salvos. También se aprecia un tobogán de salvamento desplegado en la parte delantera de la nave.
“Acabo de aterrizar de emergencia en SFO. Cola perdida. Parece que todo el mundo está bien. Yo estoy bien”, escribió David Eun en su cuenta de la red social.
“La nariz del avión estaba más elevada de lo normal para un aparato en fase de aterrizaje, y me dije que era raro”, relató a ABC News Stepehn Dear, un testigo del accidente. “Se fue acercando cada vez más, y vi cómo la cola tocaba el piso”, agregó.
Otra pasajera, Chun Ki-Wan, declaró al canal YTN de Seúl vía telefónica que “la mayoría de los pasajeros salieron del avión sanos y salvos, siguiendo las instrucciones de la tripulación”.
“Vi a algunos ensangrentados, que eran llevados al hospital en ambulancias. Todo parecía normal antes del aterrizaje”, agregó.
Las condiciones meteorológicas no parecían haber tenido influencia en el accidente, ya que el cielo estaba despejado el sábado en San Francisco.
La policía caminera de California cerró todas las carreteras que conducen al aeropuerto, un importante centro de Estados Unidos especializado en vuelos desde y con destino a Asia.
Los Boeing 777 son aparatos para larga distancia que pueden transportar de 246 a 300 pasajeros, según el sitio web de la firma Asiana Airlines.
Según la página de Flightware, el último accidente de un Boieng 777 fue en 2008, un aparato de British Airways que se estrelló antes de alcanzar la pista de aterrizaje del aeropuerto londinense de Heathrow.
AFP