Los más de 60 minutos que duró el tiroteo será un recuerdo que perdurará en la memoria tanto de familiares de internos como de los vecinos de la cárcel de Vista Hermosa. “Sentimos mucho miedo. Todos nos fuimos a la parte de atrás de la casa”, relata una de las habitantes del sector. La desesperación también invadió a los parientes que realizaban la visita dominical y que ayer volvieron al penal para saber con precisión qué había ocurrido. La Escuela Unidad Educativa Carmen Luna Lezama, ubicada a escasos metros del recinto penitenciario no laboró ayer por seguridad, publica Correo del Caroní.
Carolina Maffia
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Para este lunes la situación se mantenía en control en el Internado Judicial de Ciudad Bolívar, mejor conocido como cárcel de Vista Hermosa, luego del intenso tiroteo registrado la tarde-noche del domingo, que generó alarma y angustia entre los residentes del sector donde está insertado este recinto carcelario en la capital bolivarense.
Todavía muchos de los vecinos no podían creer lo vivido por espacio de dos horas, tras producirse detonaciones en el interior del recinto carcelario. “Hora y media duró ese tiroteo”, asegura Norma Fayola, residente del sector Vista Hermosa, cuya vivienda se ubica a 50 metros del establecimiento penitenciario que alberga a mil 480 privados de libertad.
“Cuando comenzaron los disparos había sol, y cuando terminaron ya estaba oscuro”, señala Fayola, quien asegura que nunca en tanto años habían vivido lo que el domingo. “Sentimos mucho miedo”, afirma, y señala que “todos nos fuimos a la parte de atrás de la casa”.
Muchos de los habitantes de la urbanización Vista Hermosa y Santa Fe aseguran que la tarde del domingo vivieron la peor experiencia de sus vidas, desde que el penal está en esa zona.
“Para no pensar en otra cosa, nos pusimos a escuchar las veces que disparaban, y el tiempo que tardaban en volver”, afirmó otra vecina que prefirió resguardar su identidad.
La preocupación conllevó a la suspensión de clases este lunes en la Unidad Educativa Carmen Luna Lezama, ubicada a escasos metros del penal. La acción se debió a medidas de seguridad, según comentó un padre y representante. “Los niños los devolvieron, y dijeron que hoy (ayer) no había clases por lo del tiroteo en la cárcel”.
“Me vine cuando escuché del tiroteo”
La desesperación de no saber con precisión qué pasaba, y pensando en su hijo que está privado de libertad en el penal, Margarita Romero llegó ya pasadas las 5:30 de la tarde del domingo a la cárcel. “Me vine con una vecina, que también tiene a su hijo aquí”, señaló, mientras este lunes se acercó otra vez con la intención de saber algo más, aun cuando su hijo vía telefónica le dijo que todo estaba bien.
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El líder del penal, Wilmer Brizuela, quien se encuentra en el recinto por motivo de los juegos penitenciarios, ayer vía telefónica señaló que sólo piden que se les respete como seres humanos, y agregó que era suficiente con que estuvieran privados de libertad para ser atropellados y humillados. Relató lo ocurrido el domingo, y señaló que sólo pedían un traslado de emergencia, por lo que pidió hablar con el capitán quien le dijo “no tengo nada que hablar contigo”.
Nada que ver con tiroteo
El viceministro de Servicios Penitenciarios para Atención de los Privados de Libertad, Ramón García Utrera, arribó a la entidad para conocer lo ocurrido; sostuvo reuniones con autoridades castrenses a cargo de la seguridad externa del penal, y con el gobernador (e) Teodardo Porras, así como la población privada de libertad.
García Utrera, garantizó la normalidad dentro del penal, además, de desestimar la existencia de personas heridas como consecuencia de balas frías provenientes del tiroteo registrado en el establecimiento carcelario. “No hay ninguna persona lesionada, ninguna baja que lamentar, ni de privados de libertad, ni oficial, ni vecinos, afortunadamente”, sentenció García Utrera.
Catalogó de señalamientos “infundados” el hecho que se haya indicado “que algunos vecinos, o personas aledañas al establecimiento penitenciario habían resultado lesionadas”, y agregó que las investigaciones que se vieron obligados a realizar les permitían señalar que no se produjeron heridos por esa situación irregular carcelaria. “En el Hospital Ruiz y Páez no ingresó ningún herido por este hecho, ni siquiera por una bala fría, porque no podrían llegar a mayor distancia”, añadió.
Comentó lo imposible que una bala viaje a distancia de más de cinco kilómetros al destacar los casos de las cuatro personas heridas, la primera Ángelo Dasilva, que se encontraba en la V División de Selva, a cinco kilómetros del penal, por lo que “no habría la posibilidad cierta de que una bala llegue allá”.
En la Clínica San Pedro ingresó un menor de 16 años que se encontraba en el Club la Cancha, a más de 10 kilómetros de distancia; y un niño de ocho años ingresó con una lesión en un brazo cuando estaba en la calle Urimán que está muy alejada del perímetro, y al Seguro Social ingresó una mujer herida de bala de fuego de La Sabanita que está a más de 15 kilómetros.
“La eyección de un casquillo no podría superar ni los 15 metros, si acaso los cinco metros”, dijo.
Aseguró que esos heridos en nada tienen que ver con “el evento ocurrido en el penal”, de acuerdo a la verificación que efectuaron en cada lugar.
A raíz de lo ocurrido, informó, están planificando la ejecución de algunas requisas, recordando que están “haciendo una limpieza” de armas de fuego en las diferentes cárceles del país. “Aquí viene pronto una requisa, así como para la cárcel La Pica (Maturín)”, dijo. Recordó que al menos han logrado que 14 penales estén libres de armas de fuego.
El coordinador de prisiones para la región sur, Eduard García, por su parte, negó que la visita pernocte dentro del penal, y atribuyó la presencia ayer de personas saliendo del recinto carcelario a que estaban “buscando la ropa sucia para que sus familiares la laven”.