Más de la mitad de la población ha sufrido o sufrirá al menos una crisis de ansiedad a lo largo de su vida. Según los expertos, los trastornos de ansiedad son cada vez más frecuentes y además afectan más a las mujeres. La ansiedad es una emoción necesaria en nuestras vidas porque nos alerta de peligros y nos da los estímulos que necesitamos para afrontar una situación determinada. Sin embargo, cuando la ansiedad aparece no como respuesta, sino como una situación generalizada es entonces cuando se convierte en un problema psicológico.
Cuándo aparece la crisis de ansiedad
El mundo actual se muestra propicio para desarrollar los trastornos de ansiedad. Los casos de crisis de angustia o de ataques de pánico van en aumento y las mujeres somos especialmente sensibles a estos trastornos de ansiedad. Y es que la presión a la que vivimos sometidas las mujeres es muy elevada. Convertidas desde hace décadas en super mujeres, nos ocupamos de la casa, de la educación de los niños, de nuestros mayores, de cuidar nuestra relación de pareja y de ser las mejores profesionales.
En esta situación no es extraño que ante tal carga de responsabilidad aparezcan ciertos temores de no ser capaz de mantenerlo todo y es entonces cuando la vida empieza a superarnos, cuando aparecen los estados depresivos, la sensación de tristeza, de angustia y de miedo a perderlo todo. La respuesta somática a este estado suele ser una crisis de ansiedad.
Si de repente notas que te falta el aire y empiezas a respirar más deprisa, a hiperventilar, si notas temblores o un hormigueo en piernas y brazos, si se te tensan los músculos, tienes la boca seca y te sudan las manos, si tienes taquicardia, un nudo en la garganta y la sensación de que va a suceder algo, seguramente estás sufriendo una crisis de ansiedad.
Cómo actuar ante una crisis de ansiedad
Una crisis de ansiedad dura entre 5 y 30 minutos, aunque tu percepción cuando la estés sufriendo es la de que no terminará jamás. Si es la primera vez que sufres una crisis de ansiedad lo mejor es acudir a un centro hospitalario. Allí saben cómo tranquilizarte y te derivarán a un especialista para saber si se trata de un episodio aislado o, por el contrario, tienes un trastorno de ansiedad que requiere tratamiento psicológico.
Uno de los tratamientos más utilizados ante una crisis de ansiedad es colocar una bolsa en la nariz y boca de la persona afectada para que respire en ella. Aunque a primera vista parece que estés recurriendo a los remedios “de la abuela”, se trata de un método que también utilizan en algunos hospitales cuando llega un paciente con una crisis de ansiedad.
Hay personas que sólo sufren una crisis de ansiedad en algún momento complicado de sus vidas, pero la tendencia es que la crisis de ansiedad sea recurrente. El propio miedo a sufrir otra crisis de ansiedad es lo que puede provocarnos la siguiente. Nos metemos entonces en círculo de angustia y ansiedad muy difícil de abandonar, por lo que se hace necesario un tratamiento psicológico que nos ayude a vivir más felices dejando a un lado la ansiedad y el miedo.