Otros dos cuerpos fueron encontrados este lunes en Lac-Megantic, localidad de la provincia de Quebec devastada por la explosión de un tren cisterna, llevando a 37 el número de muertos, de un total de 50 desaparecidos.
Las altas temperaturas que se registran desde el pasado fin de semana en la provincia canadiense complica la tarea de los socorristas: “el trabajo de búsqueda es agotador y se desarrolla a una temperatura de cerca de 52 grados celsius”, declaró en rueda de prensa el inspector Michel Forget, portavoz de la seguridad de Québec.
“Las denuncias de desaparición siguen llegando, seguimos en la cifra de 50 personas” cosideradas muertas, añadió.
Un tren sin conductor de 72 vagones-cisterna con 100 toneladas de petróleo cada uno descarriló el 6 de julio en la pequeña localidad turística de Lac-Mégantic (250 kilómetros al este de Montreal), causando una enorme explosión que destruyó una treintena de edificios del centro de la ciudad.
Dos edificios situados en la zona del desastre, acordonada por la policía como una “escena del crimen”, fueron demolidos la tarde del domingo para facilitar las operaciones de búsqueda de las víctimas.
Los primeros elementos de la investigación muestran que un empleado de la empresa ferroviaria cometió una imprudencia al manejar los frenos del tren, pero la investigación podría durar varios meses.
Un equipo de juristas dirigido por el abogado de las víctimas, Daniel Larochelle, presentó una “petición para la autorización de un recurso colectivo” contra la empresa estadounidense propietaria del tren, “The Montreal, Maine & Atlantic”.
El recurso tiene como objetivo “indemnizar a las numerosas víctimas de Lac-Mégantic que sufrieron pérdidas graves”, explicó Larochelle en un comunicado.
La Oficina de Seguridad de Transporte de Canadá (BST) calificó el accidente como “la peor tragedia ferroviaria de la historia de Canadá”.