Los “bookmakers” (corredores de apuestas) han hecho un retrato robot del “bebé real”, al acercarse la fecha en que Kate, la duquesa de Cambridge, dará a luz: se llama Alejandra, pesa entre 3,17 y 3,6 kilos y sus cabellos son negros.
Los jugadores pasaron mucho tiempo elaborando sus previsiones durante las últimas semanas, con la esperanza de ganar el gran premio al apostar sobre el sexo, el nombre, el peso o el color del cabello del futuro rey (o reina).
Los más audaces pueden optar por un niño pelirrojo, un verdadero pequeño coloso (más de 4,5 kilos), con un nombre de vaquero o de futbolista, Wayne, una combinación improbable que ganaría millones si se hiciera realidad.
“Se constata una ligera inclinación en favor de un niño, pero la tendencia sigue siendo una niña”, dijo a la AFP Gary Burton, de la empresa de apuestas Coral.
En un país que adora las apuestas, la llegada del futuro heredero de la corona de Inglaterra abrió un mercado tan espontáneo como lucrativo.
“Es lo más importante que se haya visto hasta ahora dejando de lado los deportes y las carreras de caballos. Se hace el papa, la tele-realidad, pero esto supera todo”, explica Gary Burton.
“Se han franqueado las 500.000 libras (577.000 euros) de apuesta y nos acercamos a las 750.000 (866.000 euros). Cuanto más progresa, más se acelera”, agrega. AFP