Nicolás Maduro acaba de asestarle un golpe mortal a la corrupción venezolana, al identificar a todos los corruptos del régimen como militantes de Primero Justicia. Esto simplifica la batalla contra el flagelo enormemente. Todo lo que hay que hacer es agarrarlos y meterlos presos.
Este golpe de Maduro tiene a los dirigentes de Primero Justicia en fuga. Han desaparecido subitamente: Diosdado Cabello, Jorge Giordani, Rafaél Ramírez, Nelson Merentes, Alejandro Andrade, Temir Porras, contratistas de PDVSA, la familia Chávez, banqueros e intermediarios afectos al régimen, militares narcos, embajadores jalabolas, toda una fauna que se había enquistado en el gobierno sin que se supiera que eran todos de Primero Justicia.
Golpe maestro el de Maduro, quien acaba de contraer matrimonio con una militante de Primero Justicia, conocida por haber empleado a docenas de familiares en la Asamblea Nacional, segun denuncia de un miembro rival de esa organización, Fernando Soto Rojas. Y es que el engaño, dijo Maduro, ha sido monumental. Fíjense, agregó con voz compungida, que había un reposero que nunca había trabajado, cobrando sueldo muy orondo, un tal Izarra, quien era ideólogo de Primero Justicia.