Con el 86 por ciento del cuerpo herido falleció el lunes en la noche Íngrid Coromoto Sánchez (38). A Dulce María Díaz la buscan en el municipio San Francisco desde finales de junio. Los familiares de la víctima juraron vengarse, publica La Verdad.
Por Ana Karolina Mendoza / Maracaibo / amendoza@laverdad.com
Dulce María Díaz le juró la muerte a Íngrid Coromoto Sánchez (38) por mensajes de texto, llamadas telefónicas y hasta cara a cara si no dejaba a su marido, Édward López.
El pasado 23 de junio llegó a la casa de Íngrid y los vio sentados en el garaje, tomando cervezas. Iba preparada. En una botella plástica pequeña, que había sido de agua mineral, llevaba la gasolina y en su bolsillo los fósforos.
Un grito antecedió al rocío de combustible en el cuerpo de Íngrid. Luego un insulto. La maldijo y condenó a muerte cuando ya las llamas consumían la ropa y la cara de la mujer. Édward no detuvo a su esposa. La sacó de la casa de su amante. Los familiares de la occisa salieron despavoridos tras verla envuelta en fuego. Le echaron agua mientras ella se retorcía en el suelo. La envolvieron en trapos y la montaron en el carro de un vecino, contó una hermana de la víctima, quien se negó a identificarse.
Desde el barrio El Paraíso, en el municipio San Francisco, hasta el Hospital Coromoto, en Maracaibo, tardaron unos 40 minutos, tiempo en el que Íngrid se quejaba por el ardor en la piel enrojecida.
Le hicieron un raspado de piel, la envolvieron en gasas y la recluyeron en una habitación de la Unidad de Quemados. Los médicos no le daban esperanza de vida, a pesar de que estaba consciente. En el 85 por ciento del cuerpo tenía quemaduras de tercer grado.
Terminó junio y hasta el 15 de julio resistió. Cayó en estado de coma y un paro respiratorio terminó con su vida. Íngrid quedó desfigurada y con la piel en carne viva. Su hermana y el resto de la familia, con el dolor, la responsabilidad de los tres hijos que dejó la ama de casa y la impotencia.
A Édward lo han visto rondar el barrio. No lo ven como culpable. Buscan por todo San Francisco a Dulce María. Saben que trabaja como madre procesadora en el comedor del colegio Muñoz Tovar, en el sector El Bajo. La cara de la mujer y el tono en que dice el nombre de la “asesina” de su hermana confirma que está “dispuesta a matarla”. “No sabe con quiénes se metió. Mi hermana tiene dolientes y su marido era quien no la dejaba en paz”.
Íngrid Coromoto Sánchez (38). Ama de casa. Tuvo tres hijos. Residía en el barrio El Paraíso, en San Francisco.
Los datos
8 meses de noviazgo tenía Íngrid Sánchez con Édward López.
23 de junio fue el día en que la esposa de López la atacó en su casa.
23 días agonizó en el hospital