“Me duele la cabeza” es la excusa más popular para esquivar un encuentro erótico. Pero también puede ser una realidad. En algunas ocasiones, el propio sexo es el causante de la migraña: los dolores pueden aparecer antes, durante o después del encuentro íntimo.
Este fenómeno tiene una prevalencia estimada de entre el 0,4 y el 1% del total de las cefaleas (que afectan a unos cuatro millones de españoles), según datos de la Sociedad Española de Neurología. Y es mucho más habitual en los hombres: en el 80% de los casos son ellos los afectados.
Antes o después
En un 75% de las ocasiones se trata de cefaleas orgásmicas, caracterizadas por ser dolores de cabeza muy intensos y repentinos que ocurren justo durante el clímax. El otro 25% de los casos corresponde a cefaleas preorgásmicas, identificables por un dolor en la cabeza y el cuello asociado a contracción de los músculos del cuello o la mandíbula, que se desarrolla gradualmente durante la actividad sexual y aumenta con la excitación.
Si la molestia se presenta antes del orgasmo, normalmente es benigna y se puede solucionar con ciertos hábitos saludables, como practicar ejercicio físico, bajar de peso y reducir el consumo de alcohol y tabaco. El problema es cuando aparece de forma brusca durante o después del clímax: conviene ir a un especialista, ya que puede anunciar hemorragias cerebrales u otras dolencias graves.
Cuánto dura y cómo se trata
La duración de las cefaleas puede variar desde solo un minuto hasta tres horas, aunque puede quedar un dolor residual leve durante varias horas más. La cefalea erótica suele disminuir si se toman medicamentos como antiinflamatorios o betabloqueantes. No obstante, el médico decidirá el tratamiento a seguir en cada caso.