La británica Chloe Jennings White lleva una vida saludable, es educada y profesional, pero padece una rara enfermedad psicológica conocida como Trastorno de Identidad de la Integridad Corporal, donde uno no percibe una parte de su cuerpo, como si no le perteneciera.
Aunque asiste a terapias para vencer su ansiedad y es una persona absolutamente sana, Chloe siempre usa una silla de ruedas y se comporta como si tuviera las piernas paralizadas.
Hace poco White, que trabaja como investigadora científica en la Universidad de Cambridge, consiguió un cirujano que está dispuesto a paralizarle las piernas, una operación que cuesta 25.000 dólares. El alto precio es el único factor por el cual la mujer todavía no se ha sometido a esta operación.
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