En este pueblo aymara a orillas del lago Titicaca, el apóstol Santiago tiene fama de milagroso y renegón, por lo que todos los años en su fiesta los devotos bailan sobre precarias balsas de junco para venerarlo.
Bailan la tradicional morenada, una danza surgida en los tiempos de la colonia como imitación a los esclavos traídos desde Africa a estas alturas andinas para trabajar en las minas.
Sobre precarias balsas cruzan una laguna mientras bailan. En la prueba, si los devotos caen al agua o las ondulaciones del agua los hacen sentarse, interpretan que el año venidero no será bueno. Si sortean la prueba sin caer ni sentarse, los devotos invocan la protección del santo patrono, a quien le piden perdón y protección.
En Guaqui, 92 kilómetros al oeste de La Paz, los bailarines celebraron el viernes con entusiasmo la prueba anual.
“Tengo mucha fe, bailo 25 años por devoción al Tata Santiago. Su fiesta es el 25 de julio, pero lo adelantamos porque la misa de la octava no debe ocurrir en agosto sino a finales de julio”, dijo a la AP Guillermo Patón, uno de los organizadores de la festividad. AP