Catalina, duquesa de Cambridge y esposa del príncipe Guillermo, dio a luz un varón este lunes que un día heredará el trono británico, anunció el palacio en un comunicado. AFP
El bebé, que ocupará el tercer puesto en el orden de sucesión del trono británico, nació con 3,800 kilos a las 16H24 (15H24 GMT), indicó la nota oficial.
“Su Alteza real la duquesa de Cambridge dio a luz sin problemas un hijo a las 16H24 (15H24 GMT)”, precisó el comunicado real. “El bebé pesó 8 libras y seis onzas (3,8 kilos)”, agregó.
Kate y su niño “están bien” y permanecerán en el hospital durante la noche, añadió.
Guillermo estuvo presente para el nacimiento en el Hospital St. Mary’s en el centro de Londres mientras la reina dijo estar “encantada” al enterarse de la noticia, informó el palacio.
“La reina, el duque de Edinburgo, el príncipe de Gales, la duquesa de Cornwall, el príncipe Harry y miembros de ambas familias fueron informados y están encantados por la noticia” añadió el comunicado.
La muchedumbre se agolpaba desde temprano frente al palacio de Buckingham esperando novedades, hasta que a las 20H30 (19H30 GMT) se dio a conocer la noticia del nacimiento.
Más temprano
La puerta exterior del ala privada de maternidad “La Lindo” y los alrededores del palacio de Buckingham, residencia de la familia real, reflejan la expectación que rodea al acontecimiento, que según un portavoz de la pareja se desarrolla “con normalidad”.
Catalina, de 31 años, fue trasladada en coche desde el palacio de Kensington hasta el centro hospitalario a primera hora de la mañana acompañada de su marido, el príncipe Guillermo, que permanece a su lado.
A los periodistas congregados desde hace dos semanas frente a las puertas de “La Lindo” se unieron hoy multitud de curiosos atraídos por el bullicio, que comenzó tras conocerse el ingreso de la duquesa y que centra la actualidad informativa de todos los medios de comunicación británicos.
Ante el despliegue de informaciones, el periódico “The Guardian” ofrece hoy una versión “republicana” en su página digital que permite suprimir cualquier referencia al nacimiento para aquellos lectores que no estén interesados.
Sin embargo, algunos expresaron en voz alta su disconformidad con la atención mediática al “bebé real” frente a St. Mary, donde un espontáneo criticó a través de un altavoz la situación.
“Pasan demasiadas cosas importantes como para prestar tanta atención a este nacimiento”, exclamó el anónimo, silenciado en sólo unos minutos por uno de los policías que acordonaba la zona.
Las casas de apuestas, mientras tanto, hacen su particular agosto especulando sobre el sexo del bebé, el nombre e incluso la carrera que estudiará en la universidad, lo que ha hecho que experimenten un aumento en su actividad tras el ingreso de Catalina.
Tres horas después de la noticia, la casa Paddy Power había recaudado alrededor de 30.000 libras (35.000 euros) especulando sobre si el bebé se llamaría Alexandra en caso de ser niña o George si nace varón.
La citada casa mantenía a un representante frente a St. Mary con una pizarra que recordaba el ránking de los nombres más votados, en el que también tenían espacio los bromistas que apostaban por Pocahontas como nombre ideal para la futura reina.
Junto a Londres se convirtió en foco de interés el pueblo natal de la duquesa de Cambridge, Buckleburry, a las afueras de la capital británica, cuyos habitantes se han volcado con la llegada del bebé.
Los “pubs” de esa localidad, muchos de los cuales permanecen cerrados por ser jornada de descanso, abrirán de forma extraordinaria en el momento en que el palacio de Buckingham anuncie oficialmente la llegada del primogénito de Guillermo y Catalina.
A su salud brindarán con una nueva cerveza creada en honor del recién nacido que lleva por nombre “Heir Raiser” (El ascenso del heredero) y que se sitúa dentro de la categoría de las “ales”, las más amargas que se encuentran en el Reino Unido.
En la ansiada espera tanto el primer ministro británico, David Cameron, como el prelado de la Iglesia Anglicana, el arzobispo de Canterbury, han trasladado sus mejores deseos a los futuros padres, que desde su boda en 2011 gozan de una enorme popularidad entre los británicos.
No se esperan visitas de la familia real a “La Lindo” hasta que el bebé nazca; mientras, tanto el futuro abuelo, el príncipe Carlos, como la bisabuela, la reina Isabel II, continúan con su agenda oficial.
Como es tradición, una vez que la Casa Real y David Cameron reciban la comunicación del nacimiento, un enviado de la realeza se trasladará escoltado por la policía desde el hospital hasta el palacio de Buckingham, donde se encuentra la soberana.
Con él portará una nota con el anuncio del nacimiento y los detalles del recién nacido que se colocará en una pizarra en el patio exterior de palacio.
Entonces 41 cañonazos celebrarán la llegada del que viene a ocupar el tercer puesto en la línea de sucesión al trono de Inglaterra con independencia de su sexo. EFE