Una nueva etapa en las relaciones entre los gobiernos de Venezuela y Colombia se inicia hoy, cuando los presidentes Nicolás Maduro y Juan Manuel Santos se reúnan en la ciudad de Puerto Ayacucho, capital del estado de Amazonas, al suroeste de la nación vecina, publica El Espectador de Colombia.
Ambos mandatarios han expresado que van a la cita con las mejores expectativas e intentarán “descongelar” el contacto luego de que el mandatario colombiano recibiera al líder de la oposición venezolana, Henrique Capriles, en mayo pasado.
El hecho generó profundo malestar a la administración Maduro, desde donde llegaron acusaciones de “conspiración contra Venezuela” y se amenazó con el retiro de la delegación bolivariana del proceso de diálogo que se lleva a cabo en Cuba entre la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (Farc) y el gobierno de Bogotá.
Luego de casi dos meses de silencio, el lunes pasado la canciller colombiana, María Ángela Holguín, admitió que la relación entre Colombia y Venezuela estaba “un poco fría”, aun cuando dijo que “en ningún momento se ha roto el diálogo” entre los gobiernos.
“Por primera vez la canciller Holguín ha reconocido que el diálogo está frío y esto es importante. Yo creo que siempre lo ha estado porque los modelos políticos de Colombia y Venezuela son muy diferentes. En 14 años de Revolución bolivariana, la política exterior de Chávez y de Maduro ha estado orientada a fortalecer vínculos con gobiernos afines a la ideología del socialismo del siglo XXI. Incluso las relaciones comerciales con nuestro mercado natural, Colombia, han sido afectadas sensiblemente”, dijo a El Espectador la internacionalista Beatriz de Majo, experta en temas binacionales.
La analista explicó que Colombia exportaba hacia Venezuela unos US$6.000 millones en productos y mercancías. “Y todo esto fue echado a un lado por conflictos de tipo político e ideológico. Colombia tuvo que buscar nuevos mercados en donde colocar ese 15% del total de su oferta exportadora: hacia Centroamérica, los Estados Unidos y hasta nuevos socios comerciales en Asia. Pero, insisto, el mercado natural es Venezuela”.
De majo dijo que “en estos tiempos de abastecimiento insuficiente de alimentos en este país, el único que puede suplir la demanda de manera rápida y con productos de calidad es Colombia. Si Nicolás Maduro quisiera, resolvería ese problema (el de falta de comestibles) en cinco minutos, estableciendo contactos comerciales reales con sus vecinos, pero pareciera que ese no es su interés. En estos momentos se apoya en sus socios de Mercosur”.
Advirtió que “no hay muchas expectativas en esta nueva reunión. Seguramente van a decir que se relanzarán las relaciones y que seguirá el diálogo, pero sin obtener mayores compromisos. Hay que destacar que en Venezuela viven cuatro millones de ciudadanos con vínculos directos con Colombia, nacionalizados o hijos de neogranadinos. Esto representa el 11% del universo electoral de este país. Esa es la verdadera relación; la de los pueblos y la de los empresarios y comerciantes con sus vecinos”.
Sobre la participación de Venezuela en los diálogos Gobierno-Farc, Beatriz de Majo opinó que “si en estos momentos el representante de Maduro (Roy Chaderon) se retira de la mesa de negociaciones, será poco relevante. En el proceso de paz, el trabajo importante de Venezuela lo hizo el fallecido presidente Hugo Chávez, quien convenció a los líderes de las Farc de ir a Cuba y sentarse a negociar. Algunos jefes guerrilleros no querían viajar a Cuba, pero la intervención de Chávez fue determinante en aquel momento”.
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